En un mundo donde la transición energética es clave para frenar el cambio climático, Francia ha dado un paso adelante con una iniciativa innovadora: instalar turbinas submarinas para aprovechar la energía de las mareas. Este tipo de energía renovable, constante e inagotable, podría convertirse en un pilar del futuro energético europeo. El proyecto NH1, desarrollado por la empresa Normandie Hydroliennes, se centrará en la Raz Blanchard, una de las zonas con corrientes más intensas de Europa.
La iniciativa ha recibido un fuerte respaldo económico por parte de la Unión Europea, que ha destinado 31,3 millones de euros a su desarrollo a través del Fondo de Innovación 2023. Esta inversión busca impulsar la energía mareomotriz como una alternativa a otras fuentes renovables más intermitentes, como la solar o la eólica. La idea es integrar esta tecnología en el mix energético de Francia y Europa, asegurando un suministro estable y predecible que complemente las actuales fuentes de energía limpia.
Tecnología de vanguardia con impacto mínimo
Para lograrlo, el proyecto contará con las turbinas AR3000, las más potentes del mundo en su sector. Estas gigantes del océano, con un rotor de 24 metros de diámetro y una potencia de 3 MW cada una, estarán equipadas con un sistema de control inteligente que ajustará la velocidad y el ángulo de las palas en tiempo real para maximizar la producción de electricidad. Además, su diseño innovador permitirá instalarlas en apenas 20 minutos, reduciendo significativamente los costos de implementación.
Sin embargo, el camino hacia la energía mareomotriz no está exento de desafíos. Aunque la empresa asegura que el diseño minimiza el impacto ambiental, los expertos advierten sobre posibles afectaciones a la fauna y flora marina. Asimismo, las extremas condiciones del paso marino donde se ubicarán las turbinas podrían complicar la instalación y el mantenimiento del sistema. En cuanto a la distribución de la energía, esta se transportará a tierra mediante un único cable de exportación, un tipo de infraestructura que ya ha sido clave en la conexión de redes eléctricas entre países europeos, pero que también ha sido blanco en conflictos geopolíticos recientes.
Un futuro prometedor para la energía mareomotriz
A pesar de estos retos, las previsiones son optimistas. Se estima que para 2028, el proyecto NH1 aportará 34 GWh anuales a la red eléctrica de Francia, suficiente para abastecer a miles de hogares. A largo plazo, la energía mareomotriz podría alcanzar 100 GW de capacidad instalada para 2050, proporcionando electricidad a 94 millones de viviendas en toda Europa.
Si la iniciativa tiene éxito, podría marcar el inicio de una nueva era en la generación de energía limpia y continua, aprovechando un recurso natural que nunca deja de moverse: las mareas.















