El cine de terror sigue demostrando su músculo comercial con el inesperado éxito de Los pecadores, el último proyecto del director Ryan Coogler. Estrenada el pasado 16 de abril, la cinta ha logrado recaudar 357 millones de dólares a nivel global, lo que la convierte en la sexta película de terror más taquillera de todos los tiempos, según datos recogidos por Box Office Mojo.
Un hito que coloca a la cinta junto a clásicos como It 2, La monja, El exorcista o la imbatible Tiburón de Steven Spielberg.
Vampiros del Missisippi
Protagonizada por Michael B. Jordan y ambientada en el Mississippi de los años 20, Los pecadores fusiona el drama racial con el cine vampírico en una narración inmersiva rodada en formato IMAX. La historia sigue a la familia Smoke, que regresa a su ciudad natal buscando un nuevo comienzo, sin saber que se enfrentarán a terrores sobrenaturales, gemelos inquietantes y una comunidad que oculta secretos antiguos. Todo ello al ritmo del blues del sur profundo, en una apuesta por el mestizaje de géneros poco habitual en el mainstream.
Ryan Coogler, responsable de Black Panther y Creed, demuestra una vez más su capacidad para conectar con el gran público sin renunciar a una mirada autoral. La combinación de su dirección precisa con la intensidad actoral de Jordan ha sido señalada como clave para el éxito del film, que ha obtenido elogios tanto de la crítica como de la audiencia. En Rotten Tomatoes supera el 85 % de valoraciones positivas, consolidando su estatus como fenómeno global del género.
Una película que ha arrasado
Más allá de su rendimiento económico, Los pecadores refuerza la idea de que el cine de terror ha dejado de ser un nicho para convertirse en un vehículo de gran alcance para explorar temas como la identidad, el trauma colectivo o la memoria histórica. Al igual que hicieron en su momento títulos como Déjame salir o Candyman, esta película introduce una dimensión social dentro del horror, lo que ha sido muy bien recibido por un público cada vez más ávido de propuestas con peso temático.
El éxito de Los pecadores no solo catapulta a Coogler y su equipo al olimpo del cine comercial, sino que podría abrir una nueva etapa para el terror afroamericano en las grandes producciones.