Elon Musk vuelve a sacudir el tablero tecnológico con una jugada que evoca su histórica compra de Twitter en 2022. Esta vez, el magnate ha puesto en la mira a OpenAI, la compañía detrás de ChatGPT y una de las entidades más influyentes en la carrera por la inteligencia artificial (IA). En una operación que ha tomado por sorpresa a la industria, ya que creían que el multimillonario sudafricano estaba más enfocado en su alianza con Donald Trump, Musk lidera un consorcio de inversores para adquirir la firma con una oferta que asciende a 97.400 millones de dólares, según explican medios estadounidenses. La oferta llega justo cuando la Unión Europea intenta liderar el mercado de la IA tras graves fracasos como el ocurrido con la IA francesa y China aprieta en la competencia con DeepSeek.
Elon Musk quiere comprar OpenAI, los padres de ChatGPT, y prepara un montón de dinero para ello
Se trata de una maniobra de adquisición hostil, ya que la propuesta ha sido presentada ante el consejo de administración de OpenAI sin una negociación previa con su actual CEO, Sam Altman. Según han explicado en The Wall Street Journal, la situación reaviva las tensiones entre Musk y la compañía que él mismo ayudó a fundar en 2015, pero de la que se desvinculó en 2018 tras diferencias sobre su rumbo estratégico. Desde entonces, el empresario ha criticado duramente la evolución de OpenAI, especialmente su transición desde un modelo de código abierto hacia un enfoque más comercial.
“Es hora de que OpenAI regrese a la fuerza del código abierto y centrada en la seguridad que alguna vez fue”, ha declarado Musk en un comunicado difundido por su abogado Marc Toberoff. El año pasado, el CEO de Tesla y SpaceX demandó a OpenAI y a Sam Altman, acusándolos de haber traicionado los principios fundacionales de la organización al alinearse estrechamente con Microsoft y alejarse de la visión original de una IA accesible y transparente para el bien común.
El intento de compra llega en un momento delicado para OpenAI, que ha asegurado inversiones multimillonarias y ha estrechado lazos con SoftBank, el conglomerado japonés de Masayoshi Son. La firma ha lanzado proyectos estratégicos como Stargate en Estados Unidos y SB OpenAI en Japón, iniciativas que buscan consolidar su influencia global en el sector de la inteligencia artificial. Sin embargo, la oferta de Musk introduce una incertidumbre que podría alterar su hoja de ruta.
La conversación ha estallado en X (antes Twitter), donde Sam Altman ha reaccionado con un mensaje mordaz: “No, gracias, pero compraremos Twitter por 9740 millones de dólares si quieres”. Musk, fiel a su estilo directo y combativo, ha respondido con un escueto “Estafador”, avivando aún más la polémica. A esto le han seguido otros mensajes del multimillonario en los que cuestiona la dirección actual de OpenAI y su relación con Microsoft.
La estructura interna de OpenAI añade más complejidad al posible desenlace de la oferta. La propuesta de Musk está dirigida a OpenAI, Inc., la organización sin ánimo de lucro que controla OpenAI Global, LLC, el brazo comercial de la compañía. Altman inició el año pasado un proceso para reducir el control de la primera sobre la segunda, un movimiento que podría influir en la viabilidad de la adquisición. A pesar de contar con un patrimonio superior a los 402.000 millones de dólares, Elon Musk no pretende asumir la totalidad de la inversión de su propio bolsillo. Al igual que hizo con la compra de Twitter, ha articulado la oferta con el respaldo de un grupo de inversores. Su empresa xAI lidera el movimiento, pero también cuenta con el apoyo de Valor Equity Partners, Baron Capital y otros fondos de inversión.
El desenlace de esta operación sigue siendo incierto, pero el impacto de la propuesta ya se deja sentir en el sector tecnológico. Si Musk logra su objetivo, podría reconfigurar el futuro de la inteligencia artificial, alterando el equilibrio de poder entre las grandes compañías del sector. Si fracasa, la guerra de declaraciones y el cruce de acusaciones entre Musk y OpenAI no harán más que recrudecer en los próximos meses.
