El director Ridley Scott tiene una filmografía tan extensa como ecléctica, con títulos icónicos que van desde Alien hasta Blade Runner o Gladiator. Sin embargo, entre los rincones menos recordados de su carrera se esconde El consejero (The Counselor, 2013), un thriller criminal que, pese a contar con un reparto de ensueño, naufragó en la crítica y el recuerdo popular.
La rareza más excéntrica de Ridley Scott
Pero hay una escena que ha sobrevivido al olvido: un momento erótico tan desconcertante como hilarante entre Cameron Diaz y Javier Bardem, considerado uno de los más excéntricos de toda la carrera del director británico. En el film, escrito por el novelista Cormac McCarthy, Bardem da vida a Reiner, un capo del narcotráfico de estética estrafalaria, mientras que Cameron Diaz interpreta a Malkina, su novia letal e impredecible.
La escena en cuestión, presentada como un flashback que Reiner le cuenta al personaje de Michael Fassbender, muestra a Malkina subiendo al capó de su coche deportivo y frotándose desnuda contra el parabrisas, en un acto descrito por Bardem como "demasiado extraño incluso para el sexo". Es un momento cargado de erotismo, pero también de una incomodidad que lo convierte en una de las secuencias más insólitas del cine reciente.
Erotismo, nihilismo y fracaso crítico
Lo peculiar es que, lejos de ser gratuita, la escena sintetiza la visión nihilista y cruda que McCarthy imprime al guion. Malkina representa el deseo desbordado, la dominación y el placer distorsionado, y su interacción con el coche (un símbolo del poder y el lujo masculino) puede leerse como una inversión de roles o una metáfora del vacío emocional del universo criminal que retrata el filme. El gesto de contar esta escena como anécdota —y no mostrarla directamente como presente narrativo— solo intensifica el carácter legendario y desconcertante de este momento.
Aun así, ni esta escena ni la presencia de estrellas como Penélope Cruz, Brad Pitt, Fassbender o el propio Bardem consiguieron salvar a El consejero del fracaso crítico. Con un 34% de valoraciones positivas en Rotten Tomatoes, la película fue tachada de excesivamente verbal, carente de tensión y desconectada emocionalmente del espectador, pese a sus pretensiones filosóficas. Su éxito en taquilla fue discreto: 71 millones de dólares recaudados a nivel global para un presupuesto de 25, insuficientes para convertirla en un clásico.
Hoy, más de una década después, El consejero se ve como una rareza dentro del universo de Ridley Scott. Una cinta fallida, sí, pero también una joya excéntrica con momentos tan inusuales como esa escena ya legendaria de Cameron Diaz sobre el parabrisas.
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