El Instituto Tecnológico de Massachusetts publicó recientemente un estudio que echa por tierra cualquier optimismo sobre el futuro del empleo. Los investigadores desarrollaron el índice Iceberg, un sistema que mide con precisión qué trabajos puede realizar la inteligencia artificial ahora mismo por el mismo precio o más barato que pagarle a una persona. Los números no mienten porque la IA ya puede sustituir al 11,7 por ciento de los trabajadores estadounidenses sin que las empresas paguen un dólar extra. El estudio explica que esos millones de empleos están en la cuerda floja ahora mismo, no dentro de diez años ni en algún futuro lejano.
Andrew Yang, el emprendedor que intentó llegar a la presidencia de Estados Unidos en 2016 advirtiendo sobre este desastre, ha salido a confirmar lo que ya temía. Yang declaró que sus predicciones sobre la crisis laboral provocada por la automatización están envejeciendo muy bien, una forma elegante de decir "os lo advertí". El emprendedor calculó que la IA podría destruir hasta 40 millones de empleos estadounidenses en los próximos años, una cifra que combina el análisis del MIT con las proyecciones de crecimiento de la tecnología. Yang lleva casi una década alertando sobre este problema, pero casi nadie le hizo caso cuando aspiraba a la Casa Blanca con propuestas como la renta básica universal.
El índice Iceberg del MIT no es un estudio teórico hecho por profesores encerrados en un laboratorio. Los investigadores analizaron más de 800 profesiones diferentes y cruzaron los datos con los costes reales de implementar sistemas de IA en empresas de todos los tamaños. El resultado confirma que la automatización ya es rentable para millones de puestos de trabajo. El estudio revela que las empresas pueden ahorrar dinero sustituyendo trabajadores por la IA en tareas como atención al cliente, análisis de datos, redacción de informes o gestión administrativa. Todo lo que sea repetitivo o predecible está en peligro inmediato.
Los trabajos administrativos desaparecerán primero y los fontaneros cobrarán fortunas por reparar una tubería
Los sectores más vulnerables son exactamente los que Andrew Yang identificó hace 9 años. Empleados administrativos, operadores de call centers, analistas junior, redactores de contenido básico y gestores de datos se enfrentan a un riesgo de sustitución del 45 por ciento o superior. El MIT calculó que las empresas podrían eliminar estos puestos en los próximos tres a cinco años sin perder productividad. Los trabajos que requieren contacto físico, habilidades manuales o interacción humana compleja siguen siendo seguros por ahora, pero eso no consuela a los millones que trabajan frente a un ordenador haciendo tareas que la IA domina perfectamente.
Yang insiste en que Estados Unidos necesita prepararse para un mercado laboral completamente diferente antes de 2030. El emprendedor propone medidas como formación masiva en oficios manuales, renta básica universal y redistribución de la riqueza generada por la automatización. Las empresas tecnológicas se ahorrarán miles de millones despidiendo trabajadores y sustituyéndolos por sistemas de IA que nunca se quejan, nunca piden vacaciones y nunca exigen aumentos salariales. El estudio del MIT confirma matemáticamente lo que muchos temían pero nadie quería admitir. Esto es, una situación en la que millones de personas perderán su trabajo sin que exista ningún plan real para ayudarles a encontrar uno nuevo.














