El desarrollo de Capitán América: Brave New World ha sido cualquier cosa menos tranquilo. Tras su estreno, algo deslucido en taquilla debido a que las proyecciones apuntan a que no recaudará lo que otros estrenos de Marvel anteriores, muchas informaciones que describen un rodaje turbulento, marcado por cambios de dirección, reshoots interminables y una atmósfera enrarecida entre los implicados. No es algo nuevo, en noviembre del año pasado se filtró el mal resultado de la película en los pases de prueba, con un público desencantado con el estilo y la historia d ela pelócula. Marvel Studios sometió al proyecto a una compleja reestructuración, y si bien este tipo de ajustes no son inusuales en superproducciones de Hollywood, la magnitud de los cambios en la cuarta entrega de Capitán América parece apuntar a problemas más profundos dentro del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM).
"Capitán América: Brave New World": entre reshoots, caos y un rodaje marcado por la tensión
Según informa Vulture, un miembro del equipo técnico, que ha preferido mantenerse en el anonimato, ha descrito el proceso de filmación como "un caos absoluto". La producción de Brave New World estuvo plagada de modificaciones estructurales que, en muchos casos, alteraron significativamente el tono y la narrativa de la película. La inclusión de Giancarlo Esposito en el reparto y la salida abrupta del luchador Seth Rollins fueron solo algunos de los ajustes que reflejan una película que se reescribió múltiples veces antes de llegar a su versión final.
Además, el clima político global también jugó un papel importante en las decisiones de Marvel Studios. El título original, New World Order, fue descartado en favor de Brave New World, en lo que muchos interpretan como un intento de evitar connotaciones negativas en un contexto geopolítico cada vez más tenso. La guerra en Gaza y el retorno de Donald Trump al poder en Estados Unidos también han influido en la percepción de la película, con comparaciones inevitables entre el personaje de Harrison Ford y el expresidente, que se han usado en la campaña de promoción.
Uno de los puntos más comentados por este testigo anónimo ha sido la actitud de Harrison Ford durante el rodaje. Según sus palabras, la estrella de Indiana Jones y Star Wars se mostró "difícil" en el set, especialmente reacio a trabajar con efectos especiales generados por ordenador. "Odiaba todo lo relacionado con el CGI", afirmó la fuente, algo que, de confirmarse, resultaría irónico, dado que gran parte de la película depende de tecnología digital para sus escenas de acción. No obstante, estas declaraciones contrastan con otras fuentes internas que han defendido la profesionalidad del actor y aseguran que su actitud en el set no fue diferente a la de cualquier otro proyecto en el que haya participado.
Es decir, Ford es conocido por su franqueza y falta de paciencia con ciertos aspectos de la producción, pero esto no significa que su comportamiento haya sido problemático. El testimonio de este miembro del equipo no deja lugar a dudas sobre el escepticismo que existía entre los trabajadores del film. "Creo que todos en el equipo sabían que, probablemente, no iba a ser una buena película. Tuvimos muchas frustraciones en el set", concluyó. Esta sensación de inseguridad también parece reflejarse en la crítica especializada, donde los comentarios han sido duros y directos, con algunas voces destacando la falta de dirección clara en la historia y un montaje que delata sus constantes ajustes.
Ahora, con Capitán América: Brave New World finalmente en las salas, será el público quien decida si los reshoots y las tensiones internas afectaron al resultado final o si, a pesar de todo, Marvel logra otra victoria en taquilla. Parece que lo tiene difícil. Las cartas están sobre la mesa, y todo depende, en mayor o menor medida, de 4 Fantásticos: Primeros Pasos y del futuro de las cintas de Vengadores.















