El USS Gerald R. Ford, el portaaviones nuclear más avanzado de la Armada de Estados Unidos, ha cruzado el Estrecho de Gibraltar y navega ya rumbo al Caribe. Tras varios días de maniobras en el Mediterráneo -donde se reabasteció y reconfiguró a sus buques de escolta-, el coloso naval inicia una nueva fase operativa bajo el mando del Comando Sur (SOUTHCOM), con el foco puesto en las rutas de narcotráfico vinculadas a Venezuela.
EE.UU. despliega el buque más grande del mundo: 100.000 toneladas de poder nuclear rumbo al Caribe
El despliegue no es menor. Acompañan al Ford tres destructores clase Arleigh Burke, entre ellos el USS Bainbridge, además de los buques anfibios USS Iwo Jima, USS Fort Lauderdale y USS San Antonio, que transportan a unos 6.000 efectivos. Fuentes del Pentágono confirman que la misión opera bajo órdenes directas del secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien ha autorizado “acciones letales” contra embarcaciones sospechosas de traficar drogas hacia territorio estadounidense.
Today, at the direction of President Trump, the Department of War carried out a lethal kinetic strike on a vessel operated by a Designated Terrorist Organization (DTO).
Intelligence confirmed that the vessel was involved in illicit narcotics smuggling, transiting along a known… pic.twitter.com/OsQuHrYLMp
— Secretary of War Pete Hegseth (@SecWar) November 5, 2025
Hegseth, a través de su cuenta de X, declaró que "no quedará ningún barco con intención de envenenar a nuestros ciudadanos", defendiendo la operación como parte de la "defensa del territorio nacional". Sin embargo, la iniciativa ha encendido las alarmas diplomáticas. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, denunció que los ataques aéreos y navales de EE. UU. “"iolan el derecho internacional y los derechos humanos", señalando el riesgo de una escalada fuera de control.
El Gobierno de Nicolás Maduro no ha tardado en responder. Caracas acusa a Washington de intentar un “cambio de régimen” y ha puesto en alerta a sus fuerzas armadas, solicitando la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU. "Es una amenaza directa a nuestra soberanía", ha declarado el presidente venezolano, mientras la tensión crece en el Caribe.
De acuerdo con la agencia AP, las fuerzas estadounidenses han ejecutado al menos 16 ataques en aguas del Caribe y el Pacífico oriental, con un saldo de 66 muertos. Desde la administración Trump -que diseñó la actual estrategia-, la describen como una ofensiva contra “rutas narco-terroristas”, aunque el Congreso aún no ha autorizado formalmente el uso de la fuerza. Analistas militares advierten que el despliegue del Ford y su escolta, con cerca de 200 misiles Tomahawk listos para el combate, marca un punto de inflexión en la presión estadounidense sobre Venezuela.
