El actor Dwayne Johnson, conocido mundialmente como The Rock, ha vuelto a ser noticia más allá del cine de acción. Su transformación física para The Smashing Machine, película biográfica sobre el luchador de artes marciales mixtas Mark Kerr, levantó dudas durante el Festival de Venecia, donde apareció con una figura mucho más delgada de lo habitual. Las imágenes hicieron saltar las alarmas en redes sociales, con seguidores preocupados por lo que parecía un cambio “extremo”.
El intérprete ha querido despejar esas dudas y ha asegurado que todo se trató de un proceso controlado. “No hay nada extremo en esto”, explicó en declaraciones a LADbible, subrayando que tanto el aumento de masa muscular como la posterior pérdida de peso estuvieron planificados con tiempo y supervisados. “Tenemos el tiempo necesario para hacerlo de forma segura, y eso es lo realmente importante”, añadió.
Transformación controlada
Para dar vida a Kerr, Johnson tuvo que ganar unos 13 kilos de músculo, un esfuerzo que él mismo calificó de “duro” y “exigente”. Sin embargo, la transformación no se detuvo ahí: inmediatamente después fue fichado para Lizard Music, donde interpreta a Chicken Man, un hombre septuagenario. El nuevo papel le obligó a perder unos 14 kilos, lo que hizo que el contraste con su físico anterior pareciera mucho mayor de lo que realmente fue.
El actor reconoció que el reto ha sido uno de los más complicados de su carrera: “He ganado cinco o diez libras para papeles anteriores, pero treinta es otra historia. Mark tenía un cuerpo distinto, más grande, y ahí entendí lo difícil que podía ser llegar a ese punto”. A pesar de las dificultades, destacó que este tipo de trabajos le permiten “desaparecer en el personaje” y mostrar una faceta interpretativa que hasta ahora no había explorado a fondo.
Desafío físico y actuación
El cambio ha coincidido con una etapa de su carrera marcada por papeles más dramáticos y exigentes, alejados del tono ligero de muchas de sus producciones anteriores. Críticas tempranas de The Smashing Machine lo señalan incluso como una interpretación capaz de llevarlo a su primera nominación al Oscar. Para Johnson, que durante años fue visto principalmente como una estrella de acción, supone un giro hacia una madurez artística buscada con insistencia.
Él mismo lo resume con una reflexión personal: “Siempre tuve esa voz interna que me decía que podía hacer más. La pregunta era si me atrevería a escucharlo. Ahora estoy en ese momento”.















