El recorrido de Colin Farrell hasta convertirse en uno de los intérpretes más respetados de su generación ha sido cualquier cosa menos sencillo. No hay un punto exacto que marque el antes y el después en su carrera, pero sí un momento que el propio actor ha señalado durante años como un tropiezo doloroso: Alejandro Magno. Aquella superproducción de Oliver Stone, que él mismo reconoce como uno de sus trabajos más flojos, le dejó tocado en lo personal y profesional, afectando a su autoestima durante mucho tiempo.
Ahora, dos décadas después, el tema ha vuelto a salir en una charla con Margot Robbie para Collider, en plena promoción de El gran viaje de tu vida, la última película de Kogonada. Ambos repasaban las secuencias más peligrosas que habían rodado y Farrell no dudó: la experiencia en Alejandro Magno sigue siendo, a día de hoy, lo más arriesgado que ha vivido en un set.
Colin Farrell recuerda su rodaje más extremo: “Fue un milagro que nadie perdiera la vida aquel día”
"Cuando decían ‘acción’ había ocho elefantes, 200 caballos, 800 extras de fondo, otros 800 en primer plano, 800 tailandeses moviéndose a la vez. Ocho elefantes, 200 caballos y cientos de hombres actuando en simultáneo. Un tipo se rompió la pierna a caballo. Nadie murió. Fue un milagro. Eso hoy no lo harían", recordaba el actor. El actor se refería a la batalla de la India, la del río Poros, aunque no fue la única secuencia titánica a la que tuvo que enfrentarse.
También evoca la recreación de Gaugamela, rodada en el desierto marroquí durante cuatro intensas semanas, con más caballos, extras y riesgo del que cualquier producción actual se atrevería a asumir. A día de hoy, sigue siendo una de las mejores batallas históricas jamás filmadas. Y, sin embargo, todo ese despliegue acabó pesando poco en el resultado final. Alejandro Magno fue vapuleada por la crítica y decepcionó en taquilla, con apenas 30 millones de dólares recaudados frente a un presupuesto desorbitado de 155.
Farrell, convertido en chivo expiatorio, fue señalado como un protagonista insípido, y la sensación de fracaso le hizo creer durante un tiempo que su carrera se había descarrilado. Con el paso de los años, lo que sí ha resistido es la magnitud de esas batallas, aún hoy consideradas un espectáculo visual de primer orden. Aunque los historiadores no tardaron en criticar omisiones y licencias del guion, muchos han acabado reconociendo la verosimilitud y crudeza de los enfrentamientos en pantalla, muy por encima de lo que ofrecían otras superproducciones históricas de aquella época.
