Un vídeo difundido por Dogs of Chernobyl —el programa del Clean Futures Fund que desde 2017 esteriliza, vacuna y monitoriza a los canes de la zona de exclusión— mostró en los últimos días a varios perros con un pelaje azul intenso en las inmediaciones de la antigua central.
La ONG confirma que el fenómeno es real, que los animales parecen clínicamente estables y que su prioridad es capturarlos de forma segura para evaluarlos y, si procede, lavar y muestrear el pelo. Medios internacionales han recogido el caso; la hipótesis más prudente hoy es contaminación externa (tinte o químicos) y no radiación.
¿Por qué azul? El propio equipo y divulgadores científicos plantean que el color podría proceder de colorantes o compuestos presentes en el entorno (desde derrames puntuales a pigmentos industriales), capaces de teñir el pelaje sin alterar la piel. Algunas versiones apuntan incluso a fuentes tan prosaicas como químicos de sanitarios portátiles; en todo caso, es una conjetura que requiere pruebas de laboratorio (lavado controlado del manto, cromatografía de extractos del pelo, etc.). Hasta que haya análisis, no hay base para atribuir el color a “mutaciones” por radiación.
Hipótesis y cautela científica
Conviene recordar qué sí sabemos de estos perros. Varios equipos académicos han estudiado su estructura genética y su demografía. En 2023, un trabajo en Science Advances caracterizó tres poblaciones caninas dentro de la zona y halló diferencias genéticas consistentes entre ellas, lo que sugiere aislamiento y presiones ambientales particulares. Ese mismo año, otro estudio describió centenares de regiones genómicas atípicas respecto a perros de referencia, lo que despertó interés sobre posibles adaptaciones. Pero más recientemente, análisis adicionales no encuentran evidencia de que un aumento de la tasa de mutación sea la causa principal de esas diferencias; la señal parece deberse sobre todo a estructura poblacional y selección, no a un “tsunami” mutacional.
Traducido a titulares responsables: no hay datos que vinculen el pelaje azul con radiación ni con un salto evolutivo acelerado; sí hay un marco sólido que explica por qué estos perros son genéticamente distintos a los de fuera de la zona tras casi cuatro décadas en un entorno singular, con metales pesados y otros contaminantes además de radiactividad residual. En este contexto, el escenario más probable para un cambio cromático abrupto y localizado en cuestión de días es exposición reciente a un pigmento externo que desaparecerá con el tiempo o el lavado, algo que los rescatistas quieren comprobar cuando logren capturarlos.















