A simple vista, parecen simples gránulos azules en medio del césped, pero para muchos perros podrían ser una trampa mortal. El Babosil, un veneno comúnmente usado para eliminar caracoles en jardines y zonas verdes, se ha convertido en una creciente amenaza para los animales de compañía en los parques urbanos. La razón: contiene metaldehído, una sustancia altamente tóxica para los perros, capaz de provocar desde vómitos y convulsiones hasta la muerte por fallo respiratorio.
Lo más preocupante es su uso sin señalización en espacios públicos. Su presencia es frecuente sobre todo en primavera y verano, cuando las plagas de babosas y caracoles se intensifican y los paseos con perros son más habituales. Su color llamativo, su olor y su textura granulada hacen que resulte especialmente atractivo para los animales, que lo lamen o ingieren sin que sus tutores lleguen siquiera a advertirlo.
Una intoxicación silenciosa
El metaldehído actúa como un potente neurotóxico. Estudios como el publicado en Veterinary and Human Toxicology detallan que incluso pequeñas cantidades pueden causar síntomas neurológicos en cuestión de minutos: temblores musculares, fiebre alta, espasmos, hipersalivación y colapso. Si no se actúa de forma urgente, el desenlace puede ser fatal. No existe antídoto específico; solo un tratamiento de soporte agresivo puede revertir los efectos.
La Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid ya ha advertido en varias ocasiones sobre el uso poco regulado de productos fitosanitarios en zonas de paso, pidiendo una mejor regulación y control municipal. Sin embargo, en muchos parques y jardines, estos productos se aplican sin aviso y sin barreras físicas que impidan el paso de animales.
La respuesta ciudadana: mapas de alerta en tiempo real
Ante la falta de medidas institucionales, la comunidad canina ha empezado a organizarse por su cuenta. Aplicaciones como Doguify, especializada en contenidos y recomendaciones dog-friendly, han lanzado herramientas colaborativas que permiten avisar en tiempo real de peligros detectados durante los paseos. El sistema funciona como una especie de mapa de calor: si un tutor detecta veneno, cristales, anzuelos, trampas o incluso espigas peligrosas, puede reportarlo y alertar al resto de usuarios.
Uno de sus vídeos alertando sobre el Babosil se ha hecho viral, acumulando más de dos millones de visualizaciones, y ha servido para identificar focos de riesgo en varias ciudades españolas. Este tipo de respuesta colaborativa es fundamental en la prevención de intoxicaciones, que según datos del Servicio de Toxicología Veterinaria de la UAB (2023) representan una de las principales causas de urgencia veterinaria en perros, especialmente en primavera y verano.
Qué hacer si sospechas de intoxicación
- Actúa rápido: ante cualquier sospecha de ingestión, acude de inmediato al veterinario. Cada minuto cuenta.
- No provoques el vómito sin supervisión: puede ser contraproducente dependiendo de la sustancia ingerida.
- Conserva una muestra del producto si es posible, para facilitar el diagnóstico.
El metaldehído está autorizado en la Unión Europea para uso agrícola y ornamental, pero su toxicidad accidental sigue generando controversia. Aunque algunos ayuntamientos ya lo están sustituyendo por métodos menos agresivos —como trampas ecológicas o barreras físicas para babosas—, otros siguen optando por soluciones más rápidas y baratas, sin tener en cuenta el riesgo que suponen para la fauna urbana y doméstica.
