El pez escorpión (Scorpaena scrofa), también conocido como cabracho, ha despertado la alarma entre biólogos marinos y pescadores locales por sus métodos de caza y la toxicidad de su aguijón. Este depredador de las profundidades no solo es experto en el camuflaje, gracias a su piel rugosa y coloración que se funde con los fondos rocosos, sino que también porta un veneno potencialmente letal.
Según el Instituto Español de Oceanografía (IEO), la compleja estructura de sus aletas pectorales y dorsales actúa como una trampa para sus presas, a las que sorprende con un ataque fulminante.
Tiene veneno neurotóxico
Estudios recientes como el publicado en Toxins (2023) describen el veneno del pez escorpión como una mezcla de proteínas neurotóxicas y hemotóxicas que, en humanos, puede desencadenar desde un intenso dolor localizado hasta complicaciones cardiovasculares graves. Aunque las picaduras son raras y generalmente ocurren por contacto accidental, los expertos insisten en que la falta de conocimiento sobre la toxicidad de estas especies en aguas españolas agrava la situación. El doctor Santiago Requena, del CSIC, apunta que “los efectos del veneno en personas con patologías previas pueden ser impredecibles”.
El pez escorpión no solo inquieta por la potencia de su aguijón: su técnica de caza, basada en la inmovilidad y el sigilo, es tan mortífera como su veneno. Con una velocidad que parece desafiar las leyes de la física, es capaz de engullir a crustáceos y peces pequeños en una fracción de segundo. En estudios de comportamiento marino, como los llevados a cabo por la Universidad de Cádiz en 2022, se ha comprobado que este cazador solitario espera pacientemente a que la presa se acerque lo suficiente antes de lanzar su ataque relámpago.
La expansión de la población de pez escorpión a lo largo de las costas mediterráneas españolas ha sorprendido a los investigadores. Factores como el cambio climático y el incremento de las temperaturas en aguas litorales parecen haber favorecido su proliferación. “Se están detectando ejemplares incluso en áreas donde antes apenas se registraban”, explica la bióloga marina Laura Fernández, lo que genera preocupación por los posibles impactos en la biodiversidad y en la seguridad de los bañistas y buceadores.
Pese a su fiero aguijón y su táctica de cazador, el pez escorpión es un componente esencial de los ecosistemas marinos, donde actúa como regulador de poblaciones de pequeños invertebrados y peces. La comunidad científica insiste en la necesidad de campañas informativas y de formación para profesionales sanitarios, pues la amenaza de este enigmático depredador está más presente que nunca en las costas españolas.
