Amy Adams lleva años consolidada como una de las intérpretes más queridas y respetadas de Hollywood. Con seis nominaciones al Óscar a sus espaldas, su carrera está jalonada de papeles icónicos y colaboraciones con algunos de los cineastas más influyentes de las últimas dos décadas.
Sin embargo, no todo en su trayectoria ha sido luminoso: detrás de ese prestigio se esconden rodajes difíciles, marcados por la tensión y la incomodidad. Uno de los nombres más controvertidos en su historial es el del director David O. Russell, con quien Adams llegó a vivir una experiencia tan dura que acabó confesando que la hizo llorar en pleno rodaje.
Amy Adams (50) confiesa el rodaje más duro de su carrera: “Ese director me hizo llorar y me rompió por dentro”
La primera vez que coincidieron fue en The Fighter (2010), un drama pugilístico que le valió a la actriz su tercera nominación al Óscar y que, al menos en lo creativo, parecía augurar una relación fructífera. Sin embargo, tres años más tarde, cuando volvieron a trabajar juntos en La gran estafa americana (American Hustle), todo cambió. La película fue un éxito rotundo —251 millones de dólares en taquilla para un presupuesto de 40—, pero Adams lo recuerda como un auténtico calvario. En una entrevista con GQ, la intérprete lo explicó sin rodeos: “Me hizo llorar, fue muy duro conmigo. Fue demasiado. La mayoría de los días estaba devastada en el rodaje”.
No fue una experiencia compartida por todos. Jennifer Lawrence, que también formaba parte del reparto, parecía lidiar con la situación con otra actitud. “Jennifer no se deja intimidar, es de teflón. Yo no. Y tampoco me gusta ver que traten mal a los demás”, puntualizó Adams, subrayando que su sensibilidad fue especialmente golpeada durante aquellas semanas de rodaje.
El carácter conflictivo de Russell no es ningún secreto en Hollywood. Actores de primer nivel como George Clooney lo han descrito abiertamente como un director brillante, sí, pero también capaz de convertir un rodaje en un infierno. Adams, por su parte, no justifica bajo ningún concepto ese comportamiento: “Para mí, la vida es más importante que las películas”. Y aunque nunca ha cerrado del todo la puerta a una futura colaboración, deja claro que tendría que darse un contexto muy diferente: un papel menos dañino y, sobre todo, un ambiente que no reproduzca aquella toxicidad.
Por si fuera poco, la actriz también vivió en La gran estafa americana otra de las grandes polémicas de Hollywood: la desigualdad salarial. Tanto ella como Lawrence cobraron menos que sus compañeros Christian Bale, Bradley Cooper y Jeremy Renner. Adams recuerda haber aceptado con resignación porque “era eso o no hacerlo”, aunque en ningún momento le pareció justo. El debate terminó de estallar cuando Lawrence denunció públicamente esa brecha salarial con una frase lapidaria: “la afortunada gente con polla”. Adams no dudó entonces en mostrar su apoyo a su compañera: “Estoy muy orgullosa de Jennifer”.
Lo que podría haber sido la confirmación de una gran dupla creativa terminó convirtiéndose en una cicatriz en la carrera de Adams.















