Durante buena parte del siglo XX, el bidé fue un elemento sagrado del baño español. Ningún hogar moderno se entendía sin él: sólido, discreto y con un propósito tan claro como inconfesable.
Era sinónimo de higiene, casi un símbolo de estatus doméstico. Sin embargo, los tiempos cambian. Con la llegada de nuevas tendencias en diseño y la progresiva reducción del espacio en los pisos, este veterano del porcelanato ha ido desapareciendo. Hoy, para muchos jóvenes, el bidé es poco menos que una reliquia. Algunos ni siquiera sabrían cómo usarlo.
Su cometido era simple: limpiar las partes íntimas después de utilizar el inodoro. Pero la modernidad trajo sus propios inventos. En su lugar ha surgido la llamada ducha higiénica -o ducha lateral, como se la conoce en otros países-, un accesorio discreto que cumple la misma función sin ocupar apenas espacio.
El bidé se extingue en España: el 90 % de las nuevas construcciones lo sustituyen por duchas inteligentes
Originaria de Asia y omnipresente en los baños japoneses, esta solución empieza a conquistar también los hogares españoles. "En torno al 90 % de las viviendas de nueva construcción ya no incluyen bidé. Los compradores prefieren un inodoro con ducha integrada o más espacio de almacenaje”, aseguran expertos del sector citados por Okdiario. El sistema es sencillo: un pequeño rociador conectado al suministro del lavabo o del propio inodoro, que ofrece una limpieza íntima con solo presionar un botón.
Entre sus ventajas destaca la ausencia de desagüe propio, su mantenimiento prácticamente nulo y un diseño más estilizado, compatible con cualquier estética de baño. Su instalación apenas requiere una hora y no implica obras ni levantar el suelo. Además, reduce notablemente el consumo de papel higiénico, lo que se traduce en un impacto positivo sobre el medioambiente.
Los modelos más avanzados integran directamente el rociador en el propio inodoro, siguiendo la tendencia de los baños inteligentes. Así, el viejo bidé se despide lentamente de las viviendas españolas, dejando paso a una nueva era de confort y sostenibilidad aunque aún quede algún nostálgico que lo mire con cierta ternura.















