Cuando uno cree que la vida de Elon Musk no puede volverse más extravagante, él siempre encuentra la manera de desafiar las expectativas, ya sea con alocadas predicciones, opiniones controvertidas en lo referente a la inteligencia artificial o fallidas gestas como su entrada en la carrera política de EE.UU. El hombre que puso en órbita coches, popularizó los viajes espaciales privados y convirtió X en un ente mediático omnipresente ahora ha puesto la mira en un nuevo objetivo: Microsoft. Y, como era de esperar, su propuesta es tan desconcertante como fascinante.
Elon Musk y su proyecto "Macrohard" prometen una revolución sin precedentes frente a Microsoft
El propio Musk anunció en X la creación de una empresa de software llamada Macrohard, cuyo propósito sería competir con el todopoderoso gigante de Redmond. Sí, Macrohard: un nombre que, según él, es "una broma", aunque el proyecto parece muy serio. La lógica detrás de la iniciativa resulta tan simple como polémica: dado que Microsoft no fabrica hardware físico —como chips o procesadores—, Musk cree que sería posible recrear toda su infraestructura mediante inteligencia artificial.
Un argumento que, sobre el papel, provoca más preguntas que certezas, sobre todo si se compara con Apple, que tampoco produce muchos de sus componentes y, aun así, sigue siendo un gigante indiscutible. Además, Microsoft ya ha integrado IA en prácticamente todo su ecosistema, lo que hace que la idea de Musk suene tanto ambiciosa como surrealista.
El propio chatbot de X, Grok, ha dejado escapar algunas pistas sobre los posibles servicios de Macrohard: aplicaciones, herramientas de edición e incluso la simulación de empleados de marketing y pruebas, todo a través de IA. Sin embargo, los detalles son tan genéricos que dan la sensación de estar frente a un concepto inicial más que ante un plan de negocio concreto.
Lo más inquietante —o divertido, según se mire— es que esto no surge de un impulso momentáneo. Musk ya había mencionado "Macrohard" en 2021, y ahora xAI ha desembolsado miles de dólares para registrar la marca. Este patrón es familiar: al fundador de Tesla le fascina la letra "X" y los nombres inusuales. Lo vimos con X.com, su primer proyecto financiero; con el nombre de su hijo, X Æ A-12; y más recientemente con la transformación de Twitter en X.
Todo apunta a que Macrohard no es tanto un competidor real de Microsoft como un nuevo escenario para que Musk exprese su singular visión y su particular sentido del humor corporativo. Mientras el mundo observa con mezcla de asombro y escepticismo, solo el tiempo dirá si esta iniciativa será una revolución tecnológica o un capítulo más en el largo catálogo de excentricidades del magnate.