The Mandalorian es una máquina de generar dinero para Disney. La serie de Star Wars, que se emite en Disney+ y que en estos momentos está emitiendo la segunda temporada, no deja de sorprendernos con sus capítulos. En el último episodio, más allá del señor con vaqueros que se cuela en una secuencia, tenemos a nuestro querido Baby Yoda, estrella del show, comiéndose un puñado de macarons azules, que sí, como casi cualquier cosa de Star Wars, se pueden comprar.
Macarons a precio de oro: así son las Nevarro Nummies
En El asedio, el Niño debe quedarse bajo la protección de un androide que le da clases junto a otros compañeros en una escuela de Nevarro, el planeta al que regresan tanto Mando como su pequeñajo protegido de color verde. Mientras el cazador de recompensas está luchando en un complejo imperial en el que se ocultan los planes de Moff Gideon, Baby Yoda se pone tibio a comer un puñado de galletas, unos macarons azules, un dulce francés que se ha hecho muy popular en los últimos años y que ahora se han convertido en un éxito sin precedentes en Estados Unidos tras la emisión del show. Pues bien, aunque pueden comprarse en cualquier gran superficie, panadería o pastelería -en España, hasta Mercadona hace sus propios maracons-, Disney y Lucasfilm se han asociado con Williams Sonoma para hacerlos exactamente igual que en la serie.
Llamados Nevarro Nummies cuestan unos 49,99 dólares, e incluyen 12 unidades. Sí, a 4,17 dólares por galleta. Ahí es nada. Si bien no podéis comprarlas desde nuestro país de forma directa, en las últimas horas hay tiendas que ya están distribuyéndolas y enviándolas a otras partes del mundo, y en eBay se pueden encontrar algunas unidades. ¿Por qué cuestan tan caras? Pues básicamente, porque se trata de una prop réplica de las galletas vistas en la serie, producidas de manera artesanal y licenciadas por los responsables de Star Wars. Y ya sabéis, dado que en Star Wars todo lo que sale en pantalla se puede comprar o coleccionar, el precio es un tanto inflado. Como coleccionistas de La guerra de las galaxias, ¿las compraríamos aunque no las abriésemos jamás y fueran un objeto galáctico más que acumular en nuestras vitrinas o estanterías? Por supuesto.
