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Matthew Vaughn tenía grandes planes para X-Men tras 'Primera generación'

El director de la primera parte de la nueva trilogía de X-Men tenía pensada una línea narrativa que jamás llegó a rodarse, con Tom Hardy como principal atractivo.
Matthew Vaughn tenía grandes planes para X-Men tras 'Primera generación'
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En 2011, Matthew Vaughn estrenó X-Men: Primera generación, una cinta que reavivó el interés en el mundo cinematográfico de los mutantes de Marvel, enmendando los múltiples errores cometidos por películas como La decisión final o la inefable X-Men Orígenes: Lobezno. Con un buen guion, consiguió lo imposible: dar futuro a una saga que estaba casi enterrada y que prometía ser mejor sin Bryan Singer tras las cámaras. Sin embargo, con el retorno de Singer, la serie se volvió a enterrar. Ahora sabemos cuál era el plan original de Vaughn.

Una trilogía menos ambiciosa pero más concisa y con Tom Hardy

Primera generación es una de las mejores películas de Fox y Marvel, y quizás una de las mejores adaptaciones de un cómic -en líneas generales- a la gran pantalla. Con un reparto encabezado por Michael Fassbender, Jennifer Lawrence y James McAvoy, el film nos trasladaba a una época poco explorada, narrándonos los inicios de la Patrulla X. El éxito bendijo a la producción, que pronto contaría una secuela. Antes de que Días del futuro pasado se convirtiese en una realidad, Vaughn decidió que su trilogía narraría el eterno conflicto entre Magneto y el Profesor Xavier de la mejor de las maneras.

Para ello escribió un borrador de guion con Tom Hardy interpretando a Lobezno. Aunque seguiría contando con Hugh Jackman -que hizo un cameo en Primera generación-, Vaughn, al que le unía una relación laboral y de amistad con Hardy, lo deseaba encarnando al peligroso y rudo mutante. La idea del director de Layer Cake no era otra que ofrecer un Lobezno del pasado en una historia de viajes en el tiempo, líneas temporales y consecuencias indeseadas. "Cuando terminé el guión de Días del futuro pasado lo miré y dije ‘Creo que sería gracioso fichar a Tom Hardy o a alguien así para ser el joven Lobezno, y luego unirlos a ambos en el final'", explicaba a Comingsoon.

Su secuela de Primera generación se llamaría también Días del futuro pasado, pero la aproximación de Matthew Vaughn era radicalmente opuesta a la de Singer. El director no quería adaptar de forma literal los cómics de Chris Claremont publicados en 1981, sino recoger su esencia y mostrarnos algo completamente distinto, usando los clímax y giros de aquel arco para la tercera de las películas. Nada de Apocalipsis, nada de mutantes morados. Todo debería de ser creíble, conciso y estar bien atado. Se debía pasar de Batman begins a El caballero oscuro en términos de complejidad, tono y madurez narrativa. Pero la cosa no funcionó.

Singer se sumó al proyecto, tomando laborales de director y productor ejecutivo, y Vaughn acabó marchándose a realizar Kingsman

Pronto Singer se sumó al proyecto, tomando laborales de director y productor ejecutivo, y Vaughn acabó marchándose a realizar Kingsman. X-Men: Días del futuro pasado llegó a las salas, con algunas de las ideas del proyecto pensado en un principio, pero sin el mismo lustre y su planteamiento arriesgado. Desgraciadamente, y pese a que la secuela fue un éxito, X-Men: Apocalipsis y la reciente X-Men: Fénix Oscura acabaron por matar de nuevo la saga, que ahora está en barbecho a la espera de Marvel y Disney, tras la adquisición de Fox, la revivan en algún futuro próximo.

matthew vaughn

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