El 16 de diciembre de 2024, un equipo de arqueólogos franceses desenterró en Luxor un sarcófago que data del Imperio Medio egipcio, aproximadamente entre los siglos XXI y XVIII a.C. El hallazgo, liderado por Frédéric Colin, director del Instituto de Egiptología de la Universidad de Estrasburgo, representa un avance significativo en el estudio de las prácticas funerarias del Antiguo Egipto. Este descubrimiento, hecho al final de una campaña de excavación de dos meses, ha sido descrito por Colin como un "tesoro" que arrojará nueva luz sobre la gestión de tumbas en esa época histórica.
Un hallazgo fortuito que reaviva preguntas sobre las reinhumaciones
El sarcófago, cuidadosamente preservado en un cofre de madera hecho a medida, se encontró tras excavar ocho metros de capas acumuladas durante más de 3.000 años. Colin explicó que esta práctica, conocida como reinhumación, era común durante grandes reformas públicas en el Antiguo Egipto. Este proceso consistía en trasladar y proteger cuidadosamente las tumbas y momias de los ancestros para preservar su integridad. El hallazgo confirma que las reinhumaciones eran una parte fundamental de la gestión funeraria en Luxor, un punto clave en la organización de la vida y la muerte en el Imperio Medio.
Relación con descubrimientos previos en Luxor
Este sarcófago se suma a cinco hallados en campañas previas entre 2018 y 2019, también en Luxor. Según los arqueólogos, estos hallazgos podrían formar parte de un sistema organizado de reinhumaciones, más que de prácticas aisladas. Las excavaciones recientes buscaban precisamente determinar si los hallazgos anteriores correspondían a una tumba aislada o a un conjunto funerario más amplio y sistemático. La coincidencia de los contextos de hallazgo sugiere una continuidad en las tradiciones y prácticas culturales del Antiguo Egipto.
Tecnología avanzada al servicio de la arqueología
Los arqueólogos retomarán el estudio del sarcófago en octubre de 2025, utilizando modelado 3D para documentar cada paso del proceso. Esta tecnología permitirá analizar el contenido del sarcófago, incluyendo la identidad del difunto, su condición social y las circunstancias culturales de su entierro. La colaboración con arqueoantropólogos proporcionará una perspectiva más profunda sobre la historia funeraria del Imperio Medio y cómo se gestionaban las tumbas en contextos de cambio urbano.
