La NASA ha desenterrado una página oculta de la Guerra Fría al redescubrir Camp Century, una base militar estadounidense construida en 1959 y enterrada bajo el hielo de Groenlandia. Usando tecnología de radar avanzada, los científicos localizaron esta "ciudad bajo el hielo", creada como parte del Proyecto Iceworm, una iniciativa secreta que buscaba instalar una red de misiles nucleares subterráneos para atacar a la Unión Soviética. Aunque el proyecto fue abandonado en 1967 debido a la inestabilidad del hielo, los restos permanecieron sepultados hasta ahora.
Tecnología y detalles del hallazgo
El redescubrimiento, realizado con el sistema UAVSAR, permite obtener imágenes tridimensionales precisas de las estructuras, revelando túneles, laboratorios y hasta un reactor nuclear portátil que alimentaba la base. Este hallazgo, que surgió durante un estudio del lecho de hielo de Groenlandia, no solo arroja luz sobre un capítulo desconocido de la historia, sino que también ilustra las ambiciones y paranoias nucleares de aquella época.
Un riesgo ambiental latente
Más allá del interés histórico, Camp Century plantea preocupaciones ambientales. Los residuos abandonados en el sitio, como combustible diésel, PCB tóxicos y aguas residuales sin tratar, representan un riesgo considerable en caso de que el deshielo acelerado por el cambio climático los libere al medio ambiente. Este potencial desastre podría tener impactos globales, afectando la biodiversidad del Ártico y a comunidades costeras vulnerables.
Un legado científico para comprender el cambio climático
A pesar de los peligros, Camp Century también ofrece una oportunidad única para entender cómo las capas de hielo de Groenlandia responden al calentamiento global. Según los expertos, aunque los residuos permanecerán enterrados hasta al menos 2100, el ritmo del deshielo proporciona datos cruciales para modelar futuros aumentos del nivel del mar. Este conocimiento es esencial para desarrollar estrategias contra los efectos del cambio climático.
Historia y futuro entrelazados
El redescubrimiento de Camp Century no solo revela una faceta oculta de la historia militar, sino que subraya la importancia de la cooperación internacional en la gestión de residuos heredados de proyectos históricos en ecosistemas sensibles. Mientras la NASA continúa explorando las regiones polares, este hallazgo nos recuerda que, incluso bajo el hielo, el pasado y el futuro están profundamente conectados.