El viaducto de Millau es uno de los mayores desafíos que la ingeniería ha afrontado jamás. 530 personas, aproximadamente, trabajaron para llevar a cabo esta obra de 343 metros de altura que transporta a los coches que pasan por ella a otra dimensión; por encima de las nubes y como si se estuviera viajando en avión. Michel Virlogeux fue el ingeniero civil francés a cargo de llevar a cabo esta colosal autopista de 36.000 toneladas, siendo el proyecto arquitectónico más ambicioso de Francia desde la construcción del Puente de Normandía allá en 1988.
343 metros de altura y 2,5 kilómetros de largo: El viaducto de Millau es uno de los mayores logros de la arquitectura reciente
Cualquiera pensaría que la construcción de una obra como esta se extendió, fácilmente, durante una década. Pero lo cierto es que el talento de Virlogeux llevó a este viaducto a realizarse en tan solo tres años. Iniciando el proyecto en 2001, el puente vio la luz en 2004 tras un arduo proceso de preparación, y es que la cantidad de hormigón que requería esta hazaña de la ingeniería obligó a los responsables a crear una cantera cerca de la zona de construcción para obtener material en cantidades industriales y de forma veloz.
Para levantar las 36.000 toneladas de peso de la también autopista se tuvieron que erigir 7 pilones de acero de 700 toneladas cada uno, lo que garantizaría la seguridad y estabilidad del puente atirantado ubicado, lógicamente, en Millau (Francia).
Se trata de 2.460 metros de autopista donde se llegan a experimentar vientos de 130 kilómetros por hora para atravesar el valle francés del Tarn entre las nubes. El coste total del proyecto ascendió hasta los 320.000.000 euros (con un peaje de 12,50 euros) y los últimos datos recogidos en 2010 señalaban que la carretera en cuestión contaba con un tránsito de más de 4,5 millones de vehículos al año. Han pasado veiente años desde que se inauguró y aun a día de hoy, este puente sigue siendo uno de los más altos del mundo y uno de los más buscados por turistas.