Aunque las pirámides de Egipto son ampliamente conocidas por imonentes que son y los misterios que las rodean, la civilización Caral, ubicada en el Valle de Supe en Perú, sorprende al mundo por ser una de las más antiguas del planeta, incluso contemporánea de los antiguos egipcios. Las pirámides de Caral, construidas hace más de 5.000 años, son testigos de una sociedad avanzada en ingeniería y agricultura, que, a diferencia de otras culturas, no muestra signos evidentes de conflictos bélicos o murallas defensivas.
Lo que más desconcierta a los arqueólogos es la aparente ausencia de guerra en la civilización de Caral. Sus habitantes prosperaron gracias a la agricultura y la pesca, con especial énfasis en el cultivo y comercio del algodón, lo que les permitió establecer relaciones pacíficas con otras poblaciones. Sin embargo, su repentina desaparición alrededor del 1.800 a.C. sigue siendo un enigma, ya que no hay registros de invasiones ni conflictos que expliquen su declive.
Caral, con más de 5.000 años de antigüedad, data del 3.000 a.C., aproximadamente, lo que la posiciona como una de las civilizaciones más antiguas del mundo. Por otro lado, la pirámide de Djoser, en Egipto, construida alrededor del 2.670 a.C., es la pirámide más antigua del país africano. Aunque las estructuras egipcias son más conocidas, los restos de Caral destacan por haber sido erigidos antes, lo que ofrece una curioso comparación entre dos civilizaciones desarrolladas de forma independiente, pero con similitudes arquitectónicas.
Innovación y arte en Caral
Otra de las características más notables es que esta civilización se desarrolló antes de la invención de la cerámica. A diferencia de otras culturas, no han aparecido utensilios de barro en sus restos, lo que lleva a los arqueólogos a replantearse cómo vivían y se alimentaban. En su lugar, utilizaban huesos, especialmente vértebras de ballenas, como taburetes y para la fabricación de herramientas.
Uno de los aspectos más fascinantes es su relación con la música. Los habitantes de esta civilización utilizaron huesos de animales para fabricar instrumentos musicales, lo que sugiere que la música desempeñaba un papel importante en su cultura. Este uso avanzado de los recursos disponibles muestra un desarrollo cultural y artístico que rivaliza con otras grandes civilizaciones de la antigüedad.
La ciudad de Caral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2009, es un testimonio de la sofisticación de esta civilización. Las pirámides y estructuras urbanas encontradas en el sitio demuestran un impresionante conocimiento de la arquitectura y el urbanismo. Estas construcciones, sin rastros de violencia, refuerzan la idea de que Caral fue una sociedad pacífica, centrada en la vida comunitaria y el progreso cultural. De hecho, esta civilización sigue siendo uno de los mayores misterios arqueológicos de América. Sus pirámides, cultura musical y modos de vida pacíficos nos invitan a revaluar nuestra comprensión de las primeras civilizaciones del mundo.
