Netflix es capaz de convertir series en auténticos fenómenos globales con muy poco. Y, al mismo tiempo, fracasar en convertir series de gran presupuesto en éxitos totales. El portal es muy inteligente a la hora de prescindir de estrategias promocionales tradicionales, enfocándose muy levemente en redes sociales y confiando en el poder de recomendación y la prescripción de sus abonados, que rápidamente buscan la manera de señales cuáles son las series que merecen la pena. Y Mi reno de peluche, una ficción que llegó discretamente a la plataforma sin hacer demasiado ruido, se ha convertido en la última sensación gracias a su cautivadora trama de true crime, creada por Richerd Gadd y basada en sus propias experiencias de acoso -algo que ha llevado incluso a denunciar de la supuesta acosadora-.
Mi reno de peluche es un pelotazo histórico para Netflix, una de sus series más vistas y con mayor repercusión, pero deja en mal lugar a las grandes inversiones
Con el paso de las semanas, Mi reno de peluche ha acumulado una impresionante cantidad de visionados, asegurándose un lugar en el prestigioso listado histórico de las series de habla inglesa más vistas en la plataforma, desplazando a The Witcher y mostrando potencial para superar a otras producciones destacadas como Los Bridgerton o Stranger Things. Lo notable de estos éxitos es que desafían la noción de que el triunfo total en Netflix está ligado a presupuestos enormes o a grandes sagas y licencias. Precisamente con The Witcher, que contó con la salida de Henry Cavill hace unos meses, se encontró con un problema grave que se espera sustituir con Liam Hemsworth.
En este convulso escenario, Mi reno de peluche es una paradoja que ilustra perfectamente esta tendencia. Aunque encabeza el listado junto a otras producciones como Miércoles y Stranger Things, otras series con presupuestos considerables como One Piece, El Problema de los 3 Cuerpos o Sandman no han logrado alcanzar el mismo nivel de popularidad, tardándose mucho más en producir, rentabilizar y garantizar su continuidad.
Pero más allá de la calidad, y seamos honestos, el éxito de esta serie, se ha visto potenciado por la controversia generada en torno a la historia, especialmente debido a la reacción de Fiona Harvey, la inspiración para el personaje de Martha Scott, interpretada por Jessica Gunning.
Este elemento adicional -ampliamente alimentado en redes sociales-, sumado al hecho de que el creador y protagonista haya vivido personalmente el acoso que retrata, ha contribuido significativamente al interés del público. Este es el éxito que Netflix busca: producciones modestas en términos de presupuesto y promoción, pero que logran conectar profundamente con la audiencia, consolidando así el compromiso de la plataforma con la diversidad narrativa y el éxito basado en la calidad del contenido.
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