La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) ha dado un paso significativo en su misión lunar Chang'e-6, con la llegada de los componentes de la nave espacial al puerto espacial de Wenchang. La misión, que se espera lanzar en mayo de 2024, tiene como objetivo aterrizar en el lado oculto de la luna, recolectar muestras y devolverlas a la Tierra. Esta ambiciosa misión de 8.200 kilogramos se lanzará a bordo de un cohete Long March 5. Los componentes de la nave espacial fueron transportados a la isla de Hainan en aviones Antonov An-124 y Xi'an Y-20, y ahora se procederá a su ensamblaje y pruebas.
Objetivos científicos de Chang'e-6
Chang’e-6 es una continuación de la misión Chang'e-5 de 2020, que recolectó 1,731 gramos de material lunar. La nueva misión es más ambiciosa y requiere el apoyo de un satélite de relevo denominado Queqiao-2 para comunicarse desde el lado oculto de la luna, que nunca se enfrenta a la Tierra. El satélite se lanzará en los próximos meses tiene como objetivo aterrizar en una parte sur del cráter Apollo, situado en la cuenca del Polo Sur-Aitken, un antiguo y gigantesco cráter de impacto, y se propone recolectar 2.000 gramos de material lunar.
Futuras misiones lunares
La misión Chang’e-6 también incluirá cargas útiles internacionales, con contribuciones de Francia, Suecia y la Agencia Espacial Europea, además de un CubeSat para Pakistán. Las muestras recolectadas estarán inicialmente disponibles para científicos e instituciones chinos, y posteriormente se abrirán a propuestas de investigación internacionales. Esta misión, así como las futuras misiones Chang'e-7 y Chang'e-8 en el polo sur lunar, son pasos hacia la creación de una estación de investigación lunar internacional (ILRS), con la meta de establecer una base lunar permanente en la década de 2030. Hasta diciembre de 2023, ocho países ya se habían unido a la iniciativa ILRS.
Esta misión se produce en un contexto de creciente rivalidad espacial, especialmente entre China y Estados Unidos. Mientras China planea su misión lunar en la primera mitad de 2024, la NASA ha retrasado su misión de enviar astronautas a la órbita lunar hasta septiembre de 2025. El país asiático, que ha demostrado su capacidad para aterrizar en el lado oculto de la luna con la misión anterior, busca consolidar su posición como líder en la exploración lunar. Mientras tanto, Estados Unidos continúa desarrollando sus propias misiones a este satélite, con la meta de llegar a la luna antes que China, prevista para 2026. Estos desarrollos destacan la importancia estratégica de la luna y el interés de las naciones en expandir la presencia humana más allá de la Tierra.
