Aunque Cillian Murphy se moría por volver a trabajar con Christopher Nolan tras haber colaborado con él en proyectos como Origen o la trilogía de Batman, lo cierto es que el actor lo pasó mal rodando Oppenheimer debido a la alta presión a la que estaba sometido. Según ha comentado Emily Blunt durante una entrevista para la revista People, el actor hacía muy poca vida con sus compañeros de reparto fuera del set, porque el papel le tenía tan abrumado que sólo estaba pensando en el filme. Murphy interpreta a Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica que encabezó el Proyecto Manhattan. La película, que será la más larga de la carrera de Nolan, apunta a ser una obra densa y oscura con el protagonista siendo constantemente torturado por su conciencia.
Cillian Murphy apenas hacía vida con sus compañeros de reparto porque estaba abrumado con su personaje
Según comenta Blunt, todo el equipo de artistas de Oppenheimer estaba en en el desierto de Nuevo México durante el rodaje, por lo que sólo podían quedar los unos con los otros o con parte del equipo de la cinta. Blunt confirma que con el que más quedaba era con Matt Damon: "Estábamos todos en el mismo hotel en medio del desierto de Nuevo México", explicaba la actriz. "Solo nos teníamos el uno al otro.
Matt Damon y yo éramos compañeros de habitación". Murphy no iba a las cenas ni nada por el estilo porque, según la artista, "el volumen total de lo que tuvo que asumir y era monumental". Matt Damon añadió unas palabras al respecto apoyando a su compañera: "Por supuesto que no quería venir a cenar con nosotros. No pudo. Su cerebro estaba a tope".
Murphy quería trabajar con Nolan con todas sus fuerzas, pero puede que este papel protagonista le superase durante el rodaje. Por suerte, el actor parece que no necesitó ningún tipo de ayuda tras el proyecto y actualmente está en perfecto estado de salud. El protagonista de Peaky Blinders siempre se ha caracterizado por mimetizarse con sus personajes, y lo da todo para darles forma en pantalla. Oppenheimer es, desde luego, el proyecto más exigente de Nolan. Una obra sin CGI, con planos que recrean una explosión nuclear, con un elenco de actores increíbles y con un género poco explorado por el cineasta que, además, toca un tema de vital importancia para la historia. Se estrena en cines este julio.