La tecnología de las IAs no deja de sorprendernos y avanzar a pasos agigantados en apenas meses. Una de estas IAs que más está dando que hablar últimamente es Chat GPT, el chatbot basado en GPT3.5 de OpenAI que desde diciembre del año pasado está revolucionando las aulas de los colegios y universidades de todo el país. Al parecer, los estudiantes ya han comenzado a descubrir esta potente herramienta para realizar sus trabajos y ahora los profesores están entre la espada y la pared.
Los alumnos hacen "trampas" con ChatGPT
Para quien todavía no lo sepa, ChatGPT es un prototipo en desarrollo de chatbot basado en inteligencia artificial. Este chatbot se trata de un sistema especializado en un modelo de lenguaje que aprende sobre la marcha y está desarrollado por la empresa OpenAI, de Elon Mask. En diciembre del año pasado ChatGPT se abrió al uso público de forma gratuita, lo que ha llevado a que muchísimas personas lo utilicen y se viralice, pero especialmente ha comenzado a ser una herramienta de doble filo para los estudiantes.
Dado que ChatGPT puede utilizar toda la información a su alcance vertida en internet hasta 2021, ofrece un vía impresionantemente válida para los alumnos a la hora de crear trabajos escritos. La respuesta, eficiencia y verosimilitud con la que funciona ChatGPT hace que sea muy sencillo introducir varios datos clave en el sistema y que este devuelva un elaborado texto prácticamente imposible de diferenciar de uno realizado por un humano.
Los profesores están en un aprieto con ChatGPT
"Los profesores estamos fascinados con esta nueva IA y preocupados al mismo tiempo", afirmaba para La Vanguardia Ester Robles, la profesora del instituto IES Vicens Vives. "Nos damos cuenta de las posibilidades que se nos abren pero también de los riesgos que entraña". Robles, como muchos otros docentes, ha conocido recientemente la existencia de ChatGPT a través de sus alumnos después de que estos hayan hablado sobre la posibilidad de realizar entregas creadas por el chatbot.
"El texto estaba bien redactado, contenía las ideas principales, bien ordenadas, con una valoración adecuada. Era casi indistinguible respecto a lo que hubiera redactado un buen alumno", admitió la profesora después de que uno de sus estudiantes de lengua castellana le entregase un artículo resumen realizado por ChatGPT sobre una charla que el fundador de Open Arms había impartido en el centro.
En respuesta ante este drástico acontecimiento, Robles ha decidido que los textos descriptivos que entran a selectividad se hagan exclusivamente en clase, y no desde casa. El principal temor que se respira en las salas de profesores ahora mismo es el riesgo de plagio. Claramente ChatGPT no es El rincón del vago o la Wikipedia, es muchísimo más potente. La IA puede responder ante cualquier búsqueda y petición e incluso corregirse a sí misma, por lo que su imprevisibilidad y capacidad para generar textos únicos de cada vez está poniendo en un aprieto a los docentes.
Según se sabe, en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona se ha tenido constancia de un trabajo de clase realizado por el chatbot que fue aprobado con buena nota, aunque más tarde el profesor se enteró del plagio a través de un anónimo y ahora el campus valora cómo intervenir en estos casos.
ChatGPT se extiende cada vez más entre estudiantes
Lejos de que esto vaya a ser solo una anécdota, ChatGPT cada vez corre más rápido entre los alumnos. No es para menos. El chatbot de OpenAI puede trabajar textos de cualquier tipo y en apenas unos minutos, por lo que ahorra un tiempo impresionante a los estudiantes quienes no dudan en compartir su descubrimiento con compañeros por las redes sociales o aplicaciones como WhatsApp.
"Hay que revisar los resultados porque no siempre los da de forma correcta, pero le pasas la computadora para comprobarlo y le vuelves a dar, y el chat se disculpa por haberlo hecho de forma incorrecta y te lo da correcto", comenta un estudiante de matemáticas en el grupo de WhastApp de su clase. "Yo lo haría igual, pero su información me ayuda a empezar y ya solo tengo que añadir algunos comentarios", señala Xavi, quien cursa Medicina en la UAB.
Senén Melquíades Palanca, ingeniero informático, advierte de que ChatGPT: "Aún está en versión beta y tiene información hasta 2021, por tanto mejorará, pero ya puede elaborar un trabajo de fin de grado o de fin de master con pocos fallos". La capacidad de esta IA es tal que: "Plantea los índices, resume información, responde dudas, mejora textos y sugiere cómo puedes hacer la presentación verbal..."
¿Qué va a suceder ahora?
Con las piezas sobre el terreno de juego, ahora tanto alumnos como profesores se preguntan a dónde irá a parar esta revolución de ChatGPT. Las universidades, lejos de lo que pueda parecer, se mantienen optimistas: "Esto ha venido para quedarse y permitirá mejorar la forma de enseñar y de aprender". En líneas generales, los docentes creen que estamos ante un nuevo desafío del que tomar nota y evolucionar, como cuando aparecieron herramientas como Google, los correctores ortográficos o las calculadoras.
Algunos equiparan esta novedad de las IAs a la coyuntura que se vivió en lo peor de la pandemia, cuando hubo que adaptarse tecnológicamente para impartir las clases. Eso sí, cabe señalar que los avanzados programas antiplagio que usan los claustros de universidades, por ejemplo, no sirven con ChatGPT pues sus textos son originales. Por lo tanto, los trabajos individuales o en grupo para la evaluación ahora tal vez deberían plantearse de otras formas. "Esto nos lo cambia todo, y nos lo cambia ya, no el próximo curso", avisa Isabel López, profesora del instituto de Salesianos de Terrassa.
Las principales universidades australianas, según The Guardian, se han puesto a la defensiva y han optado por centrar su metodología de evaluaciones en más exámenes a papel y bolígrafo. En Nueva York son más estrictos y directamente han prohibido el uso de ChatGPT en las escuelas. Desde Cataluña, el Departamento de Educación asegura que no van a prohibirlo "ya que sería una medida poco efectiva". Según fuentes de la consellería es mejor plantear a los centros que eduquen en el uso de la IA, aunque por ley cada escuela tiene autonomía de gestión.
Aún con todo, OpenAI ha explicado que ya se está ensayando un sistema que pueda detectar si un texto procede de su chatbot o no. Cuando finalmente esté listo, cualquiera podría revelar el origen de un texto tras un análisis adecuado. Sea como sea, seguiremos atentos a los próximos cambios que están por venir.