Hacer relojes es todo un arte. Los mecanismos y engranajes que mueven estas maravillas son extremadamente precisas y cualquier pequeño error o fallo hace que la maquinaria deje de funcionar. Es una obra tecnológica perfecta que ahora ha tocado techo en lo que atañe a tamaño propiamente dicho. El reloj mecánico Richard Mille RM UP-01 Ferrari no supera el grosor de una moneda de 25 centavos. Es decir, que es extremadamente fino y eso lo convierte en el reloj más fino que podamos encontrar con 1,75 cm de grosor. Es obra de Richard Mille y Audemars Piguet.
Un reloj único que no está hecho para todo el mundo
El RMUP-01 en cuestión es casi imperceptible de sentir en la muñeca, puesto que apenas pesa y tampoco se ve prácticamente si lo ponemos de lado. Obviamente plano sí que es muy visible, pero de hecho apenas parece un reloj dependiendo del ángulo. Se ha fabricado con titanio de grado 5 (que es más fuerte que el acero y hasta dos veces más resistente que el aluminio). Las agujas y los componentes principales del reloj se han reducido a su mínima expresión para que la maquinaria pueda funcionar sin problemas encajando con el espacio tan reducido que presenta esta pieza de coleccionista.
En el costado encontraremos así un par de diales planos para que se le pueda dar el ajuste que queramos a la hora, dejando la corona para los relojes de mayor grosor y añadiendo así una pieza única más al RMUP-01. Puede sumergirse en el agua hasta 10 metros y únicamente se han realizado 150 ejemplares. El reloj tiene un precio de 1.888.000 dólares. Es decir, que es únicamente para una élite específica que tenga unos ingresos muy elevados y que por supuesto le sobre dinero por todas partes. Aunque sea resistente al agua, por ese dineral, seguro que nadie se atrevería a meterse en la ducha con él.
