Los científicos han alertado de la invasión de arañas Joro en partes del sureste de Estados Unidos desde hace más de nueve años. Según las últimas revelaciones publicadas en Physiological Entomology, estos gigantescos arácnidos se han habituado al clima y el nuevo hábitat, parecido al de su región de procedencia. De aspecto realmente amenazador, esta araña llegó en 2013 al país, y desde entonces ha multiplicado su número en varios enteros. Pese a sus largas patas o su abdomen, muy llamativo, las arañas Joro no son especialmente peligrosas pero sí pueden llegar a asustar a más de uno por su anatomía.
La invasión de las arañas Joro: amenazadoras físicamente pero poco peligrosas
Las arañas Joro (Trichonephila clavata) se han adaptado muy bien a las duras temperaturas existentes en la costa este de Estados Unidos. Y sí, los científicos alertan: van a ser muy habituales en los próximos años. La invasión de estos seres, originarios de Japón, Corea, Taiwán y partes de China, comenzó en 2013, ocupando partes de los estados de Georgia y Carolina del Sur. Las arañas Joro no representan una amenaza real para los seres humanos, ni tampoco para nuestras mascotas o la fauna local, y es más, pueden ayudar al control de determinados insectos y especies invasoras más dañinas.
"Realmente no hay razón para andar aplastándolas", ha explicad a USA Today Benjamin Frick, coautor del estudio e investigador de pregrado en la Universidad de Georgia . "Los humanos están en la raíz de su invasión. No culpéis a la pobre araña Joro", remarca. No obstante, esta especie de arañas de largas patas es muy llamativa, tienen colores muy vivos en su abdomen, con rayas amarillas, cuerpos de color azul y pequeños elementos rojos. Estos arácnidos, conocidos por lanzar telarañas doradas y brillantes, suelen ser especialmente grandes, con tamaños en las hembras adultas que van de los 17 a los 25 milímetros -los machos son más pequeños-.
Como os explicamos, son inofensivas y no muerden a menos que se sientan amenazadas, y sus colmillos no expulsan veneno, por lo que una supuesta picadura no tiene demasiado peligro. El estudio del metabolismo de estas arañas ha revelado que estas arañas Joro tienen una alta capacidad de supervivencia. Los investigadores expusieron a las arañas a temperaturas bajo cero durante periodos de dos minutos, intentando ver cómo se adaptan a los duros inviernos de la costa este de Estados Unidos. Las arañas de seda dorada, emparentadas con ellas, aguantan mejor estas variaciones de la temperatura, pero el metabolismo de las Jaro es más acelerado y son capaces de aguantar temperaturas más extremas.
Y no, no se quedarán en Georgia o Carolina del Sur. Irán subiendo al norte. Estas arañas prosperan en áreas de Japón con inviernos crudos, y parece que se mueven de un lado a otro usando la técnica globo, aprovechándose del viento para moverse a nuevas ubicaciones. Según afirman los científicos, es probable que los humanos las muevan en coches, vehículos o incluso en cargamentos, facilitando su expansión. Los expertos piensan que su interrupción en hábitats o ecosistemas no hace daño a ningún tipo de animal, más bien al contrario: ayudarán a los pájaros a alimentarse mejor. "La gente debería tratar de aprender a vivir con ellas", han explicado los autores del estudio. "De la forma en que lo veo, no tiene sentido el exceso de crueldad donde no es necesario", han confirmado en relación a los habitantes que están matándolas de forma indiscriminada en las últimas semanas.
