Cuando un producto audiovisual empieza a tener un impacto muy global, empiezan a aparecer los problemas, sobre todo si se trata de un producto que tiene violencia en su interior. Ya ocurrió con The Walking Dead en su momento, por ejemplo, y el personaje de Daryl Dixon, y ahora El Juego del Calamar se está viendo involucrado en otros fines que están lejos del entretenimiento. En Panamá, una fiesta temática de Halloween que tenía a la serie de Netflix como leitmotiv terminó en desgracia con cinco personas asesinadas a tiros.
Parece ser que todo fue un ajuste de cuentas entre dos bandas de narcotraficantes. Los acontecimientos sucedieron en Santa Ana, en Ciudad de Panamá como ya os hemos indicado. El conflicto empezó cuando un hombre empezó a abrir fuego contra los miembros de la banda llamada 'Los Galácticos'. Estos, al verse bajo fuego enemigo, también respondieron de la misma manera y entonces se desató el caos. Además de esas cinco personas fallecidas a tiros, también se han encontrado tres cuerpos más en un basurero con signos de ejecución.
El director de la policía de la zona, John Dornheim, ha asegurado que varios de los involucrados que tenían antecedentes penales previos y que hasta tenían heridas de bala de anteriores tiroteos en los que se habían visto metidos, por lo que no era la primera vez que empuñaban armas de fuego. Ahora mismo hay una serie de detenidos, entre ellos uno de los hermanos de una de esas cinco personas fallecidas.
Traspasando los límites de la ficción
Evidentemente, El Juego del Calamar no tiene ninguna culpa sobre estos acontecimientos y no hace falta demonizar al producto de Netflix ni mucho menos. Se ha usado el producto como vía para llegar hasta esa violencia, pero no es la detonante ni responsable de dicho acto. Sin embargo, el impacto que ha tenido la ficción seriada de Hwang Dong-hyuk ha llegado hasta más lugares del mundo. En Nueva York, por ejemplo, se ha prohibido usar los atuendos que se ven en la serie en algunos distritos escolares, como el de Fayetteville-Manlius.
Actualmente la serie todavía no tiene una segunda temporada confirmada pero su responsable ha asegurado que tiene intención de hablar y negociar con Netflix para seguir ampliando la historia. El final de la temporada 1 quedaba bastante bien cerrado, pero evidentemente dejaba la puerta abierta a poder seguir explorando a esa curiosa organización que usa a la gente desesperada por conseguir dinero para entretenerse.
