El creador de Lost (Perdidos), Damon Lindelof, sigue regresando cada poco tiempo al final de la serie más influyente de las últimas décadas. Estrenada en 2004, la serie tuvo seis temporadas y nos contó una historia sobre un grupo de supervivientes de un accidente de avión en una isla llena de misterios. Lindelof, que ha abordado muchas cuestiones sobre esta influyente producción, que arrancó con una idea completamente distinta.
Ahora el showrunner y creativo prosigue ahondando en el podcast The Storm en el toque espiritual del final de la serie, la importancia de la sexta temporada y el concepto sobre el que todo el mundo sigue debatiendo años después de su emisión.
El final de Perdidos, el toque sobrenatural y el más allá
El final de Lost, que se emitió en 2010, atrajo a casi 14 millones de espectadores en directo, una cifra que quizás hoy en día no diga demasiado, pero que en su momento, en pleno comienzo de la edad dorada de las series de televisión, supuso un evento sin precedentes. Durante el último episodio de la producción de ABC, los personajes principales se reunieron en un escenario único, dándose cita en una Iglesia que representaba el más allá. Esta reunión en el más allá, nos permitía conocer la manera en la que los protagonistas, una vez fallecieron en la vida real, se reencontraban en una especie de limbo para rememorar juntos la major experiencia de sus respectivas existencias: cuando todos coincidieron en la isla. Mientras hablaba en el podcast The Storm, Lindelof compartió su razonamiento detrás de la decisión de presentar el más allá como un punto crítico de la trama.
"Creo que para mí, personalmente, entrando en la temporada 6... Y voy a cambiar entre el pronombre 'yo' y 'nosotros' porque me hiciste una pregunta muy específica", arranca Lindelof. "Los guionistas, y Jack Bender, estuvieron muy involucrados con esta idea, sobre cómo construir la temporada final y enmarcarla dentro de una cronología alternativa. Preparamos cinco horas de las vidas de estos personajes en la otra vida. Y ese fue nuestro misterio. Nunca quisimos dar una respuesta satisfactoria sobre por qué los pájaros volaban contra las paredes o qué carajo estaba haciendo ese jacuzzi en mitad de un templo en la selva o qué pasaba cuando morías en la isla", continúa el guionista.
"Pero sí queríamos contar qué sucedía cuando morías, y todo ese camino, sobre cómo era dirigirse a un destino en el más allá. Exploramos los fundamentos emocionales de ese espacio, así que sí, queríamos dejar claro qué se siente una vez que estás muerto. No he visto que se haya hecho lo suficiente al respecto en la cultura popular y estoy realmente interesado en explorar ese espacio", concluía Lindelof sobre el polémico final, que polarizó a una gran cantidad de espectadores, que se enfadó porque la serie no había resueltos todos los misterios planteados durante las distintas temporadas.
