La ciencia que envuelve la búsqueda de nuevos tipos de materiales para plantar cara a los problemas medioambientales está en auge estos últimos años. Una reciente investigación realizada por parte de un equipo de la Universidad de Cambridge podría haber encontrado una solución para la contaminación generada por los desechos plásticos: la seda de araña vegana, creada a partir de una película de polímero basada en plantas que imita con mucha fidelidad las propiedades de la seda de las arañas.
La seda de araña vegana es más ecológica y biodegradable que el plástico común
La seda de araña es considerada como uno de los materiales más versátiles, duraderos y resistentes de la madre naturaleza. La llamada seda de araña vegana tiene las características de los plásticos comunes que vemos todos los días en envases y otro tipo de productos del día a día.
Además de compartir propiedades con el plástico común, esta seda creada en un laboratorio puede colorearse y moldearse para un uso industrial y además es mucho más sostenible y ecológica que el plástico corriente. Al compartir todas las ventajas del plástico y al ser mucho más respetuosa para el medio ambiente, la seda de araña vegana es una firme candidata para reemplazar al plástico común en un futuro para reducir los crecientes problemas de contaminación.
A diferencia del tipo de plástico al que estamos acostumbrados, este nuevo bioplástico es compostable en el hogar, lo cual significa que no requiere de instalaciones industriales para su reciclaje y que se degrada sin generar ningún residuo en entornos naturales y en un periodo muchísimo más corto. Este nuevo material será comercializado por Xampla, una empresa derivada de la Universidad de Cambridge que se encarga principalmente del desarrollo e investigación de reemplazos de plásticos de un solo uso. La seda de araña vegana ha sido creada a partir de un aislado de proteína de soja y no se han introducido procesos químicos en la elaboración para mantener su sostenibilidad. Podéis leer más acerca de la seda de araña vegana pinchando en el enlace de la publicación original de la Universidad de Cambridge.
