Hasta Stephen King tiene miedo. El autor de cientos de historias capaces de dejarnos sin dormir durante días, y uno de los escritores con más adaptaciones cinematográficas en su haber, fue incapaz de terminar un clásico del género que lo asustó tanto que ni siquiera tuvo la valentía de acabarlo, obligando a su hijo a apagar la tele. Sí, como estáis leyendo (vía ComicBook).
El autor de El resplandor no pudo ver El proyecto de la bruja de Blair
El escritor ha confesado, en una entrevista a History of Horror que no pudo terminar de ver El proyecto de la bruja de Blair, una cinta que se estrenó en 1999 y que puso patas arriba el género del terror. La obra maestra de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, uno de los primeros found footage capaces de dejarnos con la boca abierta, revolucionó la industria del cine y la trasladó a una nueva era.
King, que en ese momento esta convaleciente, no pudo finalizarla y lo pasó realmente mal durante el rato que la tuvo puesta. "La primera vez que vi la película, estaba en el hospital, muy dopado", relataba el autor de IT en la entrevista. Hay que recordar que en verano del ya lejano 1999, King sufrió un accidente que lo dejó muy maltrecho luego de que una camioneta lo atropellase mientras daba un paseo cerca de la carretera. De esa amarga y dura convalecencia, añadimos, se gestó El cazador de sueños.
"Mi hijo trajo una cinta VHS del filme y me dijo: Tienes que verlo. A mitad de película le dije: Apágalo, es demasiado raro", ha explicado. Stephen King, como explican en la misma ComicBook, siempre ha tenido predilección por El proyecto de la bruja de Blair y la manera en la que se presenta su historia. "Una cosa sobre El proyecto de la bruja de Blair: la película parece real. Otra cosa de El proyecto de la bruja de Blair: la película se siente real. Y por eso, es la peor pesadilla que has tenido, esa de la que te levantas jadeando y llorando de alivio porque pensabas que estabas enterrado vivo y resultó que el gato había saltado a tu cama y se había puesto a dormir en tu pecho", declaraba hace unos años sobre este éxito cinematográfico, considerado por muchos como una de las películas más rentables de la historia y el sinónimo perfecto de marketing viral en el Séptimo Arte.
Aunque ahora parezca superada, la cinta de Myrick y Sánchez inauguró un género poco o nada explotado, el found footage o mockumentary, que a posteriori nos regalaría REC, la saga VHS, la licencia Paranormal Activity y otras tantas películas que llevarían a un grupo de jóvenes, con una cámara digital u analógica, a grabar y filmar encuentros paranormales de los más diversos tipos y en las más rocambolescas situaciones.
