El alquiler de videojuegos ha pasado a la historia en Bélgica a raíz de una petición presentada por la asociación de entretenimiento belga, órgano de representación de las editoras de videojuegos en la región.
El colectivo esgrimía que el negocio de alquiler de videojuegos estaba dañando la industria del videojuego y afectando a sus ventas. Bajo los términos de la prohibición, las tiendas de videojuegos no podrán comprar juegos para su alquiler posterior, pero no tendrán que retirar los ya disponibles hasta el 1 de diciembre, según se informa en el rotativo belga De Standaard.
Últimamente se han alzado diversas voces desde la industria, tanto desde desarrolladoras como editoras, criticando tanto el mercado de alquiler como el de ventas de segunda mano.
