El Victrix Pro BFG Reloaded es un mando 'pro'de Turtle Beach con licencia oficial de PlayStation para PS5 y PC, un periférico que basa todo su atractivo en un sistema modular que permite al jugador reconfigurar físicamente sus componentes para adaptarlo a cualquier género. Tras probarlo durante unas semanas os contamos qué nos ha parecido y si merece la pena apostar por su precio recomendado de alrededor de 200 euros en España.
En esencia, el mando Victrix Pro BFG Reloaded es un mando modular, un periférico que podemos desmontar parcialmente para adaptarlo a nuestro gusto.
Con esa idea, podemos soltar dos tornillos (con el destornillador que incluye) y extraer el módulo del joystick izquierdo y la cruceta para girarlo 180 grados, por ejemplo; así, el mando nos deja elegir si preferimos la configuración simétrica de PlayStation o la asimétrica, al estilo Xbox.
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Modularidad extrema, una configuración que funciona de maravilla
Lo anterior es sólo un ejemplo de las muchas opciones de personalización que tiene este mando de Turtle Beach. Es verdaderamente gratificante ir probando las distintas piezas que incluye. El paquete trae varias palancas de joystick (una de ellas más alta, pensada para juegos de disparos), tres crucetas diferentes y, lo más llamativo, un módulo completo de fightpad. Esta pieza sustituye el joystick derecho y los botones frontales por un panel de seis botones, convirtiendo el mando en una especie de pequeño arcade stick para juegos de lucha.
La personalización no se queda ahí. En la parte trasera encontramos cuatro levas (o botones) incorporadas que podemos remapear fácilmente tanto si el propio juego lo permite como a través de una completa aplicación de PC que permite configurar en profundidad el software del dispositivo: asignar botones, recalibrar los joysticks, ajustar zonas muertas...
En el hardware también destacan los interruptores de los gatillos: unos topes físicos que nos permiten cambiar rápidamente el recorrido de L2 y R2. Podemos tener un recorrido largo para juegos de conducción o un 'clic' instantáneo, como el de un ratón, para shooters.
Una herramienta precisa, pero sin las sensaciones del DualSense
Una parte importante de la experiencia de PS5 es el DualSense y su respuesta háptica. Aquí es donde encontramos las dos principales pegas del Pro BFG Reloaded. Este mando no tiene respuesta háptica ni gatillos adaptativos. No vibra. Es un mando completamente inerte, enfocado al 100% en el rendimiento competitivo, que sacrifica toda la inmersión sensorial. Esperábamos que, por su precio, hubiera mantenido al menos una vibración básica.
Otra carencia que le encontramos es que para conectarlo de forma inalámbrica, el mando no usa Bluetooth genérico, sino un dongle USB propio. Esto asegura una conexión muy rápida (5ms), pero nos obliga a tener un puerto USB siempre ocupado y no permite el cambio rápido entre dispositivos, una función que cada vez más periféricos traen incorporada (incluso PlayStation la ha añadido al DualSense de PS5 mediante actualización de firmware).
Estas dos pegas que le vemos al Victrix Pro BFG Reloaded son, en realidad, fruto de su enfoque al juego competitivo: en un torneo no necesitas ni vibración, ni hápticas, ni vincular tu mando a varios dispositivos, así que los sacrificios están más que justificados debido a la naturaleza del mando. Eso no quita que para un uso doméstico haya pequeñas cositas como estas que hagan dudar a más de un usuario. Tampoco ayuda que no sea compatible con otras consolas, como Switch 2, algo que no es un fallo en sí mismo ni del dispositivo ni de la marca, pero no podemos dejar de mencionar en un accesorio con esta horquilla de precio.
Buen agarre y materiales sólidos
En cualquier caso, es muy cómodo en las manos. El mando tiene bien remachadas sus aristas ergonómicas. Las zonas de goma con textura en los agarres ofrecen una sujeción firme y cómoda durante horas (la batería promete hasta 20 horas de duración). Se siente un mando sólido, fabricado en un plástico ABS rígido que, aunque ligero (298g), da sensación de durabilidad. Es un gusto usarlo, y se nota que está pensado para aguantar sesiones largas de juego.
Si hay algo que justifica el precio de Victrix Pro BFG Reloaded, además de toda la gama de opciones de personalización que hemos mencionado, es las calidades del producto: se siente genial en las manos, los materiales parecen de buen nivel y presenta diferentes texturas que hacen reconocibles cada una de las partes del mando y sus botones sin tener que bajar la mirada, otro punto en el que se nota su enfoque hacia el juego competitivo. Incluso la funda rígida en la que viene o el cable (de 3 metros) que incluye demuestran un genial acabado, lejos de las malas calidades de otros mandos que podemos ver en el mercado.
Conclusiones
En definitiva, el Victrix Pro BFG Reloaded es una herramienta de personalización impresionante. Bajo una apariencia de mando tradicional se esconde una capacidad de adaptación brutal, que utiliza la ingeniosa idea de los módulos intercambiables para rendir bien en cualquier género y con unos cambios inmediatos. Aunque tropieza en aspectos clave para la experiencia de PS5, como la ausencia total de vibración, y su conexión inalámbrica depende de un dongle USB, consigue que jugar con él sea una experiencia precisa y cómoda. Un mando excelente para quien busca rendimiento por encima de inmersión, que si no es el mando definitivo para jugadores pro, se queda muy cerca.
Hemos realizado este análisis gracias a una unidad del mando proporcionada por Turtle Beach.
