Según un informe de Bloomberg, Microsoft habría dejado de ingresar más de 300 millones de dólares en ventas de Call of Duty en consolas y PC durante el último año como consecuencia de su inclusión en Game Pass. La información, atribuida a estimaciones internas y fuentes cercanas a Xbox, señala que ofrecer títulos de alto margen como Call of Duty dentro de la suscripción está afectando a los ingresos por ventas tradicionales.
La decisión forma parte de la estrategia de Microsoft tras la compra de Activision Blizzard en 2023, apostando por llevar grandes lanzamientos a Game Pass desde el primer día. De hecho, Call of Duty: Black Ops 6 registró el mayor lanzamiento de la saga hasta la fecha, impulsado por el servicio y por su éxito en PlayStation, que representó el 82 % de las ventas. Una vez más, el debate gira en torno a la rentabilidad de Xbox Game Pass: ¿compensa el aumento de suscriptores y microtransacciones la pérdida de ventas directas?
Los nuevos Call of Duty solo estarán en Game Pass Ultimate
El informe recuerda que Game Pass, ocho años después de su lanzamiento, todavía no genera los ingresos esperados por Microsoft. Aunque títulos como Black Ops 6 dominaron las listas de ventas y alcanzaron récord histórico de ingresos para la franquicia, el coste de infraestructura y los objetivos financieros de la compañía siguen presionando al servicio.
Microsoft acaba de anunciar una subida del precio de Game Pass Ultimate del 50 % (de 17,99 a 26,99 € al mes) que entra en vigor apenas unos días antes del estreno de Call of Duty: Black Ops 7. Analistas señalan que este movimiento podría buscar incentivar la compra directa del juego en lugar de su consumo vía suscripción. De hecho, este título no estará incluido en Game Pass Essential (8,99 €) y Premium (12,99 €), así como las futuras entregas de la saga, que solo llegarán a la suscripción Ultimate.












