Elon Musk es un tipo... peculiar. Desde ofrecerse a un combate contra Maduro por el gobierno venezolano hasta conseguir un contrato para destruir la Estación Espacial Internacional (un paso más cerca de ser un Villano Bond); pasando por su cuestionable gestión de Twitter o X, como se supone que hay que llamarlo ahora y su postura sobre la transición de su hijo. Pero estas últimas semanas ha recuperado notoriedad el dispositivo Neuralink, que, según el propio Musk, permitirá que jugadores comunes derroten a profesionales en pocos años.
Así lo cree el popular y polémico multimillonario, según explicaba él mismo en el podcast de Lex Fridman (profesor del MIT, informático e investigador especializado en inteligencia artificial) hace unos días. Musk consiguió hace poco implantar su segundo Neuralink, y los datos que ha ido recogiendo sobre el primero auguran un cambio sustancial en nuestras vidas, al menos según él mismo afirma.
Neuralink nos permitirá sacarle más partido a nuestro cerebro y reaccionar mucho más rápido en pocos años
Neuralink, para explicarlo en pocas palabras; es el nombre de un implante cerebral cuyo objetivo es el de ser la mejor interfaz cerebro-computadora jamás creada. Este tipo de interfaces sirven para que pacientes con enfermedades neurológicas interactúen con dispositivos electrónicos usando su cerebro, de tal manera que puedan por ejemplo mover el cursor de una pantalla o incluso implantes ortopédicos compatibles. En el caso de Neuralink, el objetivo final es convertirlos en dispositivos integrados en la vida humana común y que nos permitan mantenernos a la par que el desarrollo de la inteligencia artificial y lograr una simbiosis entre nuestro cerebro y esta tecnología.
Aunque suene a ciencia ficción total e inalcanzable, Musk explicaba en el podcast cómo el objetivo principal es mejorar la capacidad de reacción humana e incluso permitir el almacenado de nuestros recuerdos para tener una especie de "memoria permanente" y no olvidar las cosas. Pero también tiene datos que revelan cómo en el campo de los videojuegos, por ejemplo, un jugador normal podrá derrotar a un profesional en pocos años.
La prueba la tiene en Noland Arbaugh, el primer receptor del implante Neuralink. Este hombre, sujeto de pruebas del dispositivo de Musk, quedó tetrapléjico en un accidente y, en enero se implanto el Neuralink. Ahora, según él mismo afirmaba, con su interfaz para controlar dispositivos electrónicos, es capaz de derrotar a amigos en videojuegos. Esto, según Elon Musk, es la señal de que en unos pocos años, la mejora en la capacidad de respuesta de un usuario de su Neuralink superará la habilidad desarrollada por un profesional.
Pero, obviamente, se refiere a un proceso que tardará unos cuantos años más de lo que puedan sugerir sus declaraciones en principio, al menos en lo que se refiere a los grandes objetivos. Si bien cree que en el asunto de los videojuegos, la "ventaja Neuralink" se verá en uno o dos años, cree que aún faltan diez o quince para que el trasto sea de uso generalizado y alcancemos cierto nivel de transhumanismo global.
