Actualmente existe más de un centenar de videojuegos de Dragon Ball, una muestra irrefutable de lo ligada que siempre ha estado la obra de Akira Toriyama al mundo del ocio interactivo. Sin embargo, cuando echamos la vista atrás, solemos tender a acordarnos de los títulos que han sido más populares por algún motivo, como los excelentes Super Butoden, el nefasto Final Bout, incunables como Budokai 3 y Budokai Tenkaichi 3 o clásicos modernos como FighterZ, Xenoverse 2 y Kakarot.
Sin embargo, hoy queremos recordar cinco títulos que, a pesar de no ser tan populares o conocidos como los que hemos mencionado, merece la pena reivindicar, ya que derrochaban calidad y nos ofrecían algo distinto a lo que solemos ver con estas adaptaciones.
Dragon Ball Z: The Legend (1996 - Sega Saturn, PlayStation)
Empezamos por Dragon Ball Z: The Legend, el que es, sin duda alguna, el mejor juego de Dragon Ball que nos dejó la generación de 32 bits (aunque viendo la competencia que tuvo, tampoco es decir mucho). A priori, parece un juego de lucha más, pero en realidad nos ofreció el mejor simulador de Dragon Ball que se había hecho hasta aquel entonces, ya que ningún otro título se había atrevido a recrear y plasmar con tanto acierto el tipo de peleas que solemos ver en la serie.
Entre sus virtudes destaca la posibilidad de combatir por equipos de 3 contra 3, un plantel extensísimo de luchadores para la época, un sistema de combate simple pero muy estratégico que nos permitía volar a toda velocidad y realizar combos para rellenar el medidor que necesitábamos para lanzar nuestros ataques especiales y un jugoso modo historia que abarcaba la práctica totalidad de Dragon Ball Z, desde la llegada de los saiyans hasta la derrota de Bu. ¿Lo mejor? Que si durante la historia intentábamos recrear lo que ocurría en el manga en vez de ganar usando la fuerza bruta, activaríamos eventos especiales que nos permitían desbloquear nuevos personajes y aumentar el nivel de fidelidad con la obra original.
Es un juego un tanto extraño que, al principio, cuesta entender, y los años se le notan en más de un sentido, pero antes de que los Budokai Tenkaichi llegasen para cambiarlo todo, esta fue la mejor opción que tuvimos durante mucho tiempo para recrear nuestras peleas favoritas de un manga que sigue emocionándonos como la primera vez.
Dragon Ball Z: Guerreros de Leyenda (2002 - GBC)
Poco antes de que Game Boy Color se despidiese para siempre, cuando se encontraba dando sus últimos coletazos, nos dio un último regalo con Dragon Ball Z: Guerreros de Leyenda, un adictivo y completo juego de rol con combates por turnos con cartas que nos atrapó durante horas.
En él, seguíamos la historia de la serie con una fidelidad extrema, desde la derrota de Raditz hasta el final de Z, librando la práctica totalidad de peleas que tenían lugar en el manga. En esencia, todo el juego consistía en eso mismo: en librar estas batallas, obtener cartas, desbloquear personajes y diseñar mazos con los que arrasar a nuestros enemigos, ya que los pocos mapas por los que nos podíamos mover eran muy limitados y apenas dejaban explorar.
Lo que sorprende de él es que, a pesar de lo difícil que puede ser entender su propuesta jugable durante las primeras horas, acaba por destaparse como un juego profundísimo y con unas mecánicas muy bien diseñadas que acaban plasmando con bastante acierto las peleas del manga, obligándonos a planificar nuestras estrategias con mucho cuidado mientras cargamos Ki, lanzamos poderosas técnicas con diversos efectos, ponemos en práctica maniobras defensivas y nos recolocamos en el campo de batalla.
Sumadle que las peleas eran largas y muy desafiantes, que había montones de personajes desbloqueables y que a pesar de las limitaciones técnicas de la portátil se las apañaba para regalarnos unos bonitos sprites, y tendréis un juego de Dragon Ball que merece mucho la pena y que no tanta gente conoce.
Dragon Ball Advance Adventure (2004 - GBA)
Estamos seguros que muchos de vosotros coincidiréis con nosotros en que la primera etapa de Dragon Ball, cuando Goku era niño y vivía aventuras por el mundo y participaba en las diferentes ediciones del Torneo Mundial de las Artes Marciales, fue una de las mejores de toda la obra de Akira Toriyama. Por ello, nos apena tanto que siempre se apueste tan poco por hacer más juegos ambientados en estos maravillosos arcos argumentales.
Por suerte, uno de los mejores juegos de Dragon Ball que se han hecho nunca es Dragon Ball Advance Adventure, una imprescindible aventura de plataformas y acción 2D para GBA que cubría la historia de la serie desde la primera búsqueda de las Dragon Balls hasta la batalla contra Piccolo Daimao. Los sprites era preciosos y muy detallados, captando a la perfección el estilo visual de la serie, los niveles estaban genialmente diseñados, las animaciones eran fantásticas, los controles eran una delicia y, en general, era un juego muy ágil y adictivo que podríamos clasificar como uno de los mejores que recibió la consola. Si bien era corto, esto lo compensaba con unos valores rejugables altísimos, ya que contaba con infinidad de personajes y secretos desbloqueables que nos animaban a pasárnoslo una y otra vez. Toda una joya que nunca dejaremos de reivindicar y que Bandai Namco debería rescatar.
Super Dragon Ball Z (2005 - Arcade, PS2)
Aunque no se suela hablar de ellos, PS2 recibió más videojuegos de Dragon Ball que los pertenecientes a las sagas Budokai y Budokai Tenkaichi, y un dignísimo ejemplo de ello lo tenemos en Super Dragon Ball Z, un juego de lucha que fue dirigido ni más ni menos que por Noritaka Funamizu, toda una leyenda de Capcom que trabajó en juegos de la talla de Super Street Fighter II, Street Fighter Alpha, Street Fighter III, Marvel vs. Capcom o Darkstalkers 3, lo que debería facilitar que os hagáis una idea del excelente pedigrí que tiene en el género.
De hecho, su experiencia trabajando en Capcom es algo que se nota muchísimo en Super Dragon Ball Z, un título de lucha 3D que destacó por ofrecernos una aproximación al género que a nivel mecánico recordaba mucho a lo visto en Street Fighter, tanto por el ritmo de los combates como por las posibilidades que teníamos para encadenar golpes y realizar técnicas especiales.
Aunque las transformaciones estaban un tanto limitadas para darles un valor estratégico más alto y su plantel de luchadores era bastante escaso en comparación a sus contemporáneos, pudo presumir de ofrecernos un juego de lucha mucho más puro, complejo y profundo que hacía palidecer a la simpleza de la que hacían gala las adaptaciones de Dragon Ball de aquel entonces. Probablemente, esta mayor complejidad, su escasez de contenidos (a nivel de modos apenas tenía casi nada que ofrecer) y el hecho de que visualmente no resultase demasiado espectacular, acabaron por hacer que fuese un título que pasara en su momento un tanto desapercibido, pero si te apetece probar un buen juego de lucha 3D de Dragon Ball y con mucha sustancia a los mandos, este es un título que tienes que probar.
Dragon Ball Z: Attack of the Saiyans (2009 - Nintendo DS)
Monolith Soft está ahora en boca de todos gracias a la saga Xenoblade, pero ¿sabíais que nos regaló un estupendo juego de rol clásico con combates por turnos para Nintendo DS? Efectivamente, hablamos de Dragon Ball Z: Attack of the Saiyans, un título que nos permitió disfrutar de la historia de la serie con un formato que le sentaba genial y nos invitaba a adentrarnos en mazmorras para explorarlas, librar combates, subir de nivel y mejorar a nuestros personajes, algo que también se aprovechaba para ahondar en sus personajes con capítulos exclusivos inéditos tanto en el manga como en el anime.
Entre sus puntos fuertes, además del género tan particular que aborda, destacan sus espectaculares sprites y las animaciones de los mismos durante las batallas, un sistema de combate bastante completo y divertido con acciones interactivas y la fidelidad con la que recrea los momentos más importantes del manga, aunque, desgraciadamente, únicamente cubría desde la 23ª edición del Torneo Mundial de las Artes Marciales (cuando Goku se enfrentó a Piccolo) hasta la derrota de Nappa y Vegeta, lo que hizo que se quedase en un juego cortísimo que abarcaba mucho menos del mínimo exigible para un juego de Dragon Ball lanzado en 2009. Si bien el propio título nos vaticinaba una secuela que nos iba a llevar a revivir la saga de Namek, esta acabó por cancelarse.
A pesar de ello, no hay demasiados RPG de Dragon Ball que apuesten por una jugabilidad clásica sin necesidad de hacer extraños experimentos y menos todavía que hayan llegado a Occidente, por lo que se trata de una pequeña rareza única en su especie que merece la pena recordar y reivindicar.