En este año 2020 la mayoría de los que estáis leyendo estas líneas tendréis en el bolsillo un aparato con una pantalla que, en ciertos casos, tiene más resolución que un televisor; un dispositivo capaz de reproducir música a una calidad más que decente y que permite ver películas y series con todo detalle. Todo ello sin necesidad de un almacenamiento óptico o sólido, gracias a las rápidas conexiones a internet actuales. Pero hace 14 años (15, en el caso de los japoneses) lo que hoy tenemos normalizado era una fantasía futurista. Cuando Sony lanzó PSP y el formato de disco UMD supuso una revolución.
La PlayStation Portable era más que la primera consola portátil de Sony. Era un dispositivo multimedia de ensueño en aquel momento. La pantalla tenía una calidad que superaba en muchos enteros la de su principal competidora, Nintendo DS. Pero al igual que PlayStation con los CDs y PlayStation 2 con el DVD, Sony esperaba que PSP se convirtiera en la puerta de entrada para consumidores y productores de un nuevo formato.
El UMD era un formato óptico, pequeños discos que tenían una capacidad de 900 MB (o 1,8 GB en el caso de que se grabaran las dos capas del disco) y que estaban protegidos por una pieza de plástico para aportarles una durabilidad inexistente en otros discos, algo imprescindible para una consola que va a pasar por las manos de los más pequeños.
Una calidad audiovisual de lujo para el momento
Pero la intención del UMD era ir mucho más allá de los juegos. El Universal Media Disc, como su nombre indica, tenía la ambición de ser un formato que adoptaran las distribuidoras de cine, televisión y música para tener presencia en el reproductor multimedia portátil más popular del momento. El almacenamiento del disco estaba varios pasos por detrás de un DVD estándar de 4,7 GB, pero los sistemas de codificación propietarios de Sony permitían que los vídeos se pudieran almacenar en una resolución de hasta 720x480 píxeles, algo más que decente para la época.
Durante los primeros meses, y hasta años, el UMD fue usado por múltiples productoras de contenidos audiovisuales. Películas como Resident Evil 2 y La casa de las dagas voladoras vendieron más de 100.000 unidades en poco más de un mes a la venta. La cadena británica BBC publicó en Reino Unido series como The Office y Doctor Who en este formato. El grupo The Offspring lanzó un recopilatorio de su obra en UMD.
La piratería y los royalties, culpables de su muerte
Pero que el UMD fuera un formato propietario y cerrado de Sony fue uno de los clavos de su ataúd en que se refiere al contenido no interactivo. Todas las distribuidoras tenían que pagar royalties al fabricante de PlayStation por lanzar su contenido en este formato. Además, el UMD era mucho más caro de fabricar que un disco óptico como el CD y el DVD. Y por supuesto, ningún dispositivo más allá de PSP podía reproducir estos discos.
La culpable de introducir el resto de los clavos fue la piratería. En las tiendas, el contenido audiviosual en UMD tenía un precio similar al DVD, pero debido a su menor capacidad de almacenamiento, el contenido era menor: una película tendría menos extras en el formato exclusivo de PSP que en el formato predilecto del home video de aquel momento. La oferta no era atractiva, y la piratería se extendió enormemente en PSP (al igual que en Nintendo DS): el homebrew permitió que se pudieran almacenar películas, discos musicales y otros tipos de contenidos obtenidos de manera ilegal en la Memory Stick de la consola.
Cada vez más compañías dejaban de editar sus películas y series (aunque en Japón se publicó anime en este formato durante cierto tiempo, así como películas para adultos) en UMD, y las tiendas iban sustituyendo las estanterías dedicadas al disco de PSP por otros productos.
Como ocurrió con el MiniDisc y el Betamax de Sony, el UMD pasará a la historia como un formato interesante en su momento, pero que debido a distintas particularidades contextuales (el auge del almacenamiento en tarjetas de memoria y las conexiones a internet más rápidas que promovieron la piratería, en este caso) su valor quedó diluido tanto para consumidores como productores.