Southington, ciudad del estado de Connecticut, el mismo donde tuvo lugar la matanza escolar del colegio Sandy Hook, ha iniciado una campaña de retirada de videojuegos violentos para ser destruidos iniciada por políticos y representantes de la comunidad de esa población. Se dará 25 dólares en vales de la cámara de comercio de la ciudad por cada videojuego violento entregado; los juegos serán destruidos y posteriormente incinerados el 12 de enero.
El colectivo responsable se hace llamar SouthingtonSOS e incluye a miembros de la cámara de comercio, la asociación YMCA, bomberos, representantes de varias iglesias, del departamento de educación y diversos colectivos de funcionarios y políticos.
Promover que los padres sepan con qué juegan los hijos
"Lo que ha sucedido, al igual que en otras muchas comunidades de todo el mundo, es que todos querían hacer algo por Newtown", la ciudad de la tragedia de Sandy Hook, explica Joe Erardi, superintendente de las escuelas de primaria de la ciudad."Hay jóvenes que parecen estar consumidos por los juegos violentos. No sé si eso es bueno. Si esto anima una conversación entre padres e hijos, entonces será un éxito. Sugerimos a los padres que tengan hijos que juegan con videojuegos violentos que vean esos juegos.
Les pedimos que entiendan lo que sus hijos hacen. Que hablen sobre qué hacer luego. Si los padres están de acuerdo con los hábitos de ocio de sus juegos, entonces a nosotros nos parece bien".