No, no es una broma ni una temática propia de las fake news que imperan en estos días. El Parlament de Cataluña ha decidido retirar los Conguitos de su bar por las "connotaciones racistas" asociadas al producto. Esta medida fue tomada directamente por el establecimiento de restauración tras recibir la queja de uno de sus clientes, quien señaló que el popular snack tenía implicaciones racistas. No es la primera vez que ocurre.
Adiós a los Conguitos: el bar del Parlament prescinde de ellos por ser considerado racista
El propio Parlament aclaró que esta decisión no fue promovida por la Cámara catalana ni por los responsables de su Plan de Igualdad, subrayando que no hubo intervención de la institución. Esta polémica o controversia en torno a los Conguitos no es nueva. En 2020, una campaña en Change.org solicitó su retirada del mercado, apuntando que la marca perpetuaba estereotipos raciales. Hace apenas unos años, en Estados Unidos descubrieron estos dulces y se quedaron en shock por su naturaleza.
La polémica gira en torno a la representación visual de los Conguitos, que supuestamente evocan una caricatura de "pequeños congoleños", figuras representadas como personas negras con rasgos exagerados, especialmente labios gruesos y rojos. Esta imagen ha sido criticada por reforzar estigmas racistas, lo que motivó la recogida de firmas.
La campaña iniciada en su día, y que pedía su su retirada, ha alcanzado hasta ahora 6400 de las 7500 firmas necesarias, aunque su impacto ha sido objeto de debate. El fabricante se defendió alegando a que eran 'chocolates' y 'cacahuetes' antropomórficos, no representaciones humanas.
Algunos consumidores decidieron dejar de comprar el producto, otros consideraron la crítica excesiva. Incluso surgió una contra-petición en la misma plataforma bajo el título "Lacasa: No dejéis de usar la marca Conguitos. No es racista", argumentando que forma parte de la "herencia cultural" española. Conguitos, una marca emblemática en España, fue adquirida por la empresa Lacasa en 1987, aunque su origen data de 1963, cuando fue creada por Federico Díaz Martínez, siendo uno de los dulces más famosos en nuestro país, y uno de los que están más presentes en supermercados, grandes superficies, kioskos y tiendas. Pese a su popularidad, y las distintas formas que ha tomado a lo largo de las décadas, las crecientes críticas en torno a su imagen han puesto en entredicho su permanencia en algunos espacios públicos, como en el caso del bar del Parlament. Veremos en qué queda todo.