Lo adelantaron el pasado abril y se ha hecho una realidad. Disney ha comunicado a sus clientes en España una actualización de las condiciones de sus planes de suscripción, que incluye algunas sorpresas. Y no, no son buenas noticias. Entre las políticas más polémicas llega la prohibición de compartir cuentas, algo que ya se había anticipado y que el propio Bob Iger, consejero delegado de Disney justificó con un firme "es necesario", ya que era una manera de garantizar el flujo de producciones cinematográficas de primer nivel como Deadpool y Lobezno. ¿Cuándo afectará a España? ¿Cuáles son los cambios que se harán en Disney+ en los próximos meses?
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Con esta prohibición, los usuarios no podrán compartir sus cuentas de Disney+ con personas fuera de su hogar, definido como el grupo de dispositivos asociados con la residencia principal del cliente y que son utilizados por las personas que viven allí. Si se detectan violaciones, Disney+ podría limitar o cancelar el acceso a las cuentas. Además, se ofrece una opción de pago adicional llamada Acceso Extra para permitir el uso de la cuenta fuera del hogar, una práctica que ya ha implementado Netflix con buenos resultados. Y no, no es una exageración: les salió a cuenta. Sin embargo, aún no se ha informado sobre los precios de esta última opción.
Otro cambio inesperado es la inclusión de publicidad en todos los planes de suscripción, incluidos los dos planes prémium sin pausas: Disney+ Estándar y Disney+ Prémium. Según las nuevas condiciones, estos planes pueden incluir "contenido promocional limitado, clips y tráileres de contenidos, productos y servicios de Disney, así como contenido patrocinado o de otras marcas". Además, el contenido en directo o los eventos especiales pueden incluir pausas publicitarias o mensajes publicitarios, lo que significa que, aunque no haya cortes publicitarios regulares, Disney se reserva el derecho de incluir publicidad en determinados casos especiales. Es decir, tendremos escenarios en los que existirá la publicidad aunque nuestro plan no la incluya por defecto.
Estas decisiones de Disney se enmarcan en un contexto de creciente controversia en las políticas de los portales de streaming, que enfrentan críticas por sus elevados precios y su estrategia para sobrevivir en un mercado muy competitivo y con poca capacidad de crecimiento. Como hemos visto en los últimos años, las políticas restrictivas, como la prohibición de compartir cuentas, han generado descontento entre los usuarios, que ven cómo sus costes y suscripciones aumentan mientras se les imponen más limitaciones. Esta medida, que también ha sido adoptada por Netflix, busca maximizar los ingresos por suscripción en un mercado donde el crecimiento de nuevos usuarios se ha estancado.
Estas políticas reflejan las tensiones de un mercado que lucha por mantenerse rentable y competitivo, a expensas de la satisfacción del cliente. Veremos dónde está el límite.