En anteriores entregas os hice una pequeña introducción a algunas de las delicatessen japonesas en cuestiones culinarias. Si nos atenemos a los números, habría que al menos respetar la comida de un país que, aún siendo una isla de características volcánicas, es lo suficientemente rica como para conseguir que al menos las mujeres niponas sean las más longevas del planeta. Los hombres algo menos, qué le vamos hacer…
Ahora bien, aunque no sea precisamente un aspecto culinario, he querido englobar en este apartado a la cantidad ingente de bebidas que podemos encontrar en los cientos de miles de máquinas que invaden todo Japón. Tras la guerra, estas máquinas que podemos encontrar en cada esquina de Tokio, se convirtieron en algo así como el reflejo del progreso del país. Con los años se han convertido ya en un elemento más del paisaje urbano. Quizás os parecerá una exageración si no habéis pisado Japón, pero estas máquinas están en todas partes. En las calles céntricas, en oficinas, en templos, en callejones desiertos, en una caballa perdida en el bosque y si me apuras en medio de la autopista. Ahora mismo, en algunas estaciones incluso se han incorporado los nuevos modelos. Ya no ves las bebidas o un indicador de las mismas, sino que la propia máquina es una pantalla, donde un conjunto de gráficos representa la bebida. Dentro de poco nos las bajaremos por Bluetooth.
El precio de las bebidas que se suelen ofertar siempre suele rondar lo mismo, unos 120 yenes (poco más de un euro) para latas y bebidas de ese tamaño, 150 yenes (1,3 euros aprox.) para las que venden botellas de medio litro. Y esto es universal. En España es común que una Fanta en una máquina te cueste 1 euro y en el siguiente bar te suba a 2,50 porque sí. Además de este detalle de agradecer, lo verdaderamente impresionante es la cantidad de bebidas que podemos encontrar. Al igual que con las comidas, os hago una selección de las que no os podéis perder:
Dr. Pepper
La bebida es americana pero la descubrí por estos lares. Es una especie de bebida de Cola, pero con un cierto regusto de cereza. Para mí, amante de la Coca-Cola, fue todo un descubrimiento, pero el problema fue que me bebí una al día durante algo más de un mes y acabe un poco extasiado. Está muy buena, pero quizás demasiado empalagosa para disfrutarla a menudo.
Fanta de Uva
Sí señores. Aquí no tenemos Fanta de limón y la Fanta de naranja escasea bastante. Sin embargo en cada supermercado y en muchas de estas máquinas podremos encontrar la maravillosa Fanta de uva. En Japón abundan los productos realizados a partir de uvas, aunque no es que sean muy pródigos en vinos con el clima tan húmedo.
Cafés en lata
En estas máquinas y a lo largo de todo los combinis y supermercados, podremos encontrar un número cuasi ilimitado de cafés en lata. La primera vez que me eche uno al gaznate la impresión no fue buena. Los japoneses suelen tomar un café muy aguado, parecido al americano, y sin una pizca de azúcar por norma general. Yo, adicto al café con leche y con dos de azúcar no me he adaptado muy bien al café nipón, hasta el punto de que lo único español que tengo en casa es una cafetera de las de toda la vida y café Estrella.
Aquí tampoco se llevan estas cafeteras, se suelen usar unos filtros que no se por qué me traen a la memoria una broma de los Monty Phyton. Bueno, la cuestión es que las máquinas niponas que encuentras en la calle tienen una serie de bebidas como estos cafés y algunos tés que puedes incluso seleccionarlos calientes. Es decir, dentro de la máquina hay una sección para bebidas frías y otras para calientes. La verdad, el café frío no mola, en invierno menos, y en lata es un sacrilegio. Finalmente me he acostumbrado a la marca Boss (si, como las colonias) y Georgia, y en ambas marcas selecciono el café con leche. La verdad que estando el café de máquina en cafeterías bastante malo y a un precio de 3 euros mínimo… pues una latita a 1 euro ya sabe a otra cosa.
Calpis Water
Cuando uno ve esta bebida por primera vez no sabe muy bien qué pensar. Calpis Water. Agua, sí, pero tiene un aspecto como de agua sucia, como la del anuncio aquel de la cal en el baño. El sabor es algo así como mezcla de leche y yogur, lo que hace más extraño beberla debido a que es completamente líquida. No es viscosa ni con grumos, pero el sabor es una especie de yogur de leche ácido. La bebida lleva casi 100 años en el mercado y he de reconocer que también fui un adicto a ella.
Hay muchas más pero para mí éstas son un buen comienzo. Como la entrada de hoy no ha estado muy potente, ahora sí os dejo una bomba que lleva días en la red y que seguramente os dejará con las babas fuera si no lo habíais oído. Debido al desastre del 11-M, no hay mucho turismo en Japón, hasta el punto que el gobierno japonés está preocupado. La medida que han pensado tomar es el regalo de 10.000 viajes de avión para aquellos que quieran visitar Japón. Es decir, que si te quitas los 800 euros mínimos del billete de avión, el resto te puede salir tirado. Aún no se han concretado el presupuesto, ni la medida está completamente aprobada por el gobierno pero será mejor que sigáis habitualmente la página de turismo nipón. Aquí os dejo el enlace: http://www.japantravelinfo.com/top/index.php. Así la cosa acaba mejor ¿no? Mucha suerte a todos.