Con todas las sagas millonarias dando el salto a la nueva generación, resulta cuanto menos chocante pensar que una de las propiedades más exitosas de 2K anunciase un nuevo juego para las consolas "antiguas". Hablamos de Borderlands: The Pre-Sequel, previsto para Xbox 360, PlayStation 3 y ordenadores. ¿Es esto algo negativo? Pues teniendo en cuenta que es uno de esos títulos que no necesitan alardes gráficos para divertir, no nos parece que tener que jugar en la pasada generación vaya a ser un problema.
Tras dos títulos firmados por Gearbox, es ahora 2K Australia la que toma el relevo, aunque honestamente no habríamos sospechado el cambio de desarrolladores tras jugarlo en la gamescom. Aun con las novedades que se introducen, la esencia sigue siendo muy Borderlands, y creemos que los que disfrutaron con los anteriores episodios van a disfrutar de lo lindo con éste.
El cambio más notable de Borderlands: The Pre-Sequel es el de la ambientación, ya que nos lleva hasta la luna de Pandora –muy "similar" en apariencia a nuestra Luna– por primera vez en la saga. Esto introduce la primera novedad jugable, algo que están comenzando a introducir multitud de juegos de disparos en primera persona: el jetpack y/o la baja gravedad. En la línea de Titanfall, Evolve o Call of Duty: Advanced Warfare, podremos impulsarnos en el aire y prolongar el tiempo que permanecemos en él, aunque en Borderlands: The Pre-Sequel es una constante no sólo en los tiroteos, sino también en las secciones plataformeras.
Obviamente, esto da lugar a nuevas mecánicas y situaciones, en la que tanto los enemigos como los protagonistas podrán aprovechar las condiciones de la luna de Pandora, e incluso encontraremos algunos enemigos cuyos jetpacks les permite mantenerse tanto tiempo como quieran en el aire. Para el combate cuerpo a cuerpo, el salto antigravitatorio nos permite realizar un fuerte golpe contra el suelo que permite, por ejemplo, congelar a los enemigos para luego romperlos, introduciendo así nuevas mecánicas.
La demo nos permitía jugar con los cuatro personajes ya conocidos, Athena la Gladiadora, Jack el Guapo, Nisha la Justiciera y ClapTrap. Los desarrolladores nos advirtieron que ClapTrap era el personaje más loco y que es bastante difícil jugar de manera "tradicional" con él, pero nosotros teníamos ganas de probar un desafío y decidimos apostar por él. Según pudimos ver, es un personaje bastante versátil, cuyo árbol de habilidades permite adaptarlo a nuestras necesidades. Podemos hacerlo un personaje más "normal" o llevarlo al terreno de las locuras, aunque realmente es muy divertido jugar con él y las mecánicas básicas son comparables a las del resto.
ClapTrap sí que tiene algunas habilidades muy originales como, por ejemplo, una que pide a sus compañeros que le "choquen los cinco", y se los chocan exitosamente, todo el mundo se lleva un bonus. De todas formas, a la hora de movernos por los escenarios, explorar y luchar es más o menos como otro personaje cualquiera, si bien es cierto que tiene estas particularidades –además de otras muchas que seguramente no hemos visto– que lo hacen único y muy divertido.
Sobre la experiencia de juego en sí hay poco que decir que ya no sepáis, porque como decíamos anteriormente, es un Borderlands de libro. Estuvimos probándolo en cooperativo con otros compañeros, y recuperamos las sensaciones que ya vivimos con anteriores entregas. Suponemos que 2K Australia estará manteniéndolo equilibrado para que siga siendo igual de jugable en solitario, pero es innegable que está concebido para que nos divirtamos con amigos. En cualquier caso Borderlands: The Pre-Sequel no altera en absoluto lo que es el núcleo de la saga, y todas estas adiciones que venimos comentando nos parecen lo suficientemente originales para darle un soplo de aire fresco a las mecánicas, pero sin alterarlas tanto que no sean reconocibles.
Sobre los aspectos técnicos, pues lo jugamos en PC, por lo que lucía a 1080p y a 60 imágenes bastante estables en un equipo que tampoco pensamos que fuese lo ultimísimo. Ya sabéis que Borderlands no necesita derroches técnicos, y que se basa más en el diseño de personajes y escenarios que en otra cosa. En este aspecto también sigue en su línea, e incluso parece que el mapeado está bastante bien diseñado, a falta de echarle el tiempo necesario para poder afirmarlo.
Gearbox se ha ido, pero que no pare la fiesta
A veces, cuando el alma máter de un proyecto se va por la razón que sea, se queda un juego correcto que no llega a transmitir las mismas sensaciones, como pasó por ejemplo en el caso de Rocksteady y la saga Batman: Arkham. Según hemos visto, no parece que éste vaya a ser el caso de Borderlands: The Pre-Sequel, que durante los 30 minutos que hemos podido jugarlo nos ha divertido en todo momento, resultando conservador e innovador a partes iguales, haciendo gala de su sentido del humor habitual y su jugabilidad dinámica y abierta.
Si os gustaron las dos anteriores entregas, pensamos que ésta no va a decepcionar, a pesar de que es un poco arriesgado afirmar esto en juegos como el que nos ocupa, donde son necesarias muchas horas para ver todo lo que guarda. En cualquier caso, si hay alguien reticente por aquello de que no es una entrega numerada o porque no está hecha por Gearbox, que se libre de prejuicios y se mentalice de que, al menos, lo que es pintar, pinta muy bien.