Es gordito, bigotudo, con mal fondo de armario... la antítesis, en definitiva, de todos los mozos de gimnasio que han ido poblando los videojuegos en los últimos años. Suele andar por mundos llenos de color y luz, no gasta munición, y no tiene frases rimbombantes, pero es que no le hacen falta, porque es Mario, es garantía de calidad, y va a volver a las estrellas.
Nintendo dio en el clavo con Super Mario Galaxy, un juego que pese al tiempo pasado sigue resultando tan divertido como cuando se lanzó, y está claro, igualmente, que no ha sido superado todavía en lo suyo en todo lo que llevamos de generación.
Curiosamente, en el campo de los plataformas bidimensionales el fontanero de la compañía japonesa sí ha recibido grandísimos competidores, pero en las plataformas 3D su supremacía es difícilmente discutible. Y nos encontramos ahora a unos meses de que llegue su segunda parte.
Lo primero que llama la atención, claro, es que tengamos otro Mario en 3D en la misma generación, pues no había sucedido hasta ahora; pero también llama la atención que sea, además, una continuación directa, repitiendo esquema jugable, algo que realmente no sucede desde el juego original y su segunda parte japonesa, conocida luego en los mercados occidentales como The Lost Levels. Super Mario Bros. 2 (versión occidental; bautizado como Super Mario Bros. USA cuando se lanzó en Japón) y 3 aportaban suficientes novedades como para ser considerados sucesores completos y notablemente diferentes; Super Mario World era otro gran salto, y Super Mario World 2, como bien apuntaba su subtítulo, es un juego de Yoshi, y completamente diferente. Lo mismo con Super Mario 64, Super Mario Sunshine y Super Mario Galaxy. Pero ahora Nintendo apuesta por refinar la fórmula con lo que, aseguran, es una continuación directa.
Sin embargo, basta con echar un pequeño vistazo a las novedades para ver que hay mucho de refinado, y poco de continuación directa, pues cambiarán muchas cosas, y se añadirán tantas otras, para que, manteniendo una estructura que sigue sorprendiendo (andar por los planetoides en el espacio exterior) obtengamos una experiencia de juego que será, en esencia, completamente nueva. Para empezar, metiendo a Yoshi de nuevo en el pastel.
Lo más destacado de esta continuación residirá, sin embargo, en la mayor dificultad que Nintendo está buscando imprimir al juego con respecto a su predecesor. Realmente, ninguno de los Marios recientes ha sido un juego difícil, y menos en las entregas en 3D; incluso se puede decir que Super Mario Bros. 3 ya bajaba –y mucho- el listón, pero es que en todos estos juegos el reto no estaba en llegar al final, sino en descubrir todos los secretos del mapa: las estrellas secretas, los niveles secretos... Ahí estaban los dos mundos secretos de Super Mario World para atestiguarlo. Cuando se pasa a un mundo central 3D parte de ese elemento se pierde, pero Nintendo está apostando por esta dificultad mayor que también se genera a la hora de situar niveles que son ineludibles, y que el jugador debe superar obligatoriamente para seguir avanzando.
Para que los jugadores más novatos no se sientan perdidos se incluye junto al juego un DVD que hace las veces de guía, a la hora de explicar cómo se hacen algunos movimientos, y da consejos para dominar el juego. Este DVD estará orientado por completo a novatos totales, pero no es la única ayuda disponible. Dentro del desarrollo de las partidas está la guía cósmica, que nos recuerda a la superguía de New Super Mario Bros. Wii. En esta ocasión, sin embargo, no está disponible en todos los niveles, sino en los pasajes más complejos, y, como entonces, no desde el principio, sino tras perder varias vidas.
Pero no hay que pensar que Super Mario Galaxy 2 será un juego frustrante, pues eso va contra la esencia misma del personaje: será más difícil, sí, pero, por ejemplo, el planetoide-nave en el que se mueve Mario nos permitirá siempre recolectar algunas vidas adicionales. Y es que no tiene sentido ver una pantalla de "fin de la partida", pero sí plantear un reto mucho más duro.
Para atraer a los jugadores veteranos, Nintendo no sólo propone una mayor dificultad, sino nuevos poderes y habilidades para Mario, que, además, no estará solo. A través de Yoshi y de los nuevos poderes incluidos se incorporan al juego nuevas posibilidades jugables y, con éstas, nuevos retos a superar. Sin desvelar más secretos que los que la propia Nintendo ha decidido mostrar públicamente hasta ahora (y que no pasan de los primeros mundos incluidos en el título), destaquemos algunas de estas novedades.
Por supuesto, Yoshi en sí mismo ya es una novedad, pues el dinosaurio es un personaje muy querido por los aficionados. Como sucedía en Super Mario World, el dinosaurio tiene una variedad de colores, que se traduce en diferentes habilidades, pero en esta ocasión no se trata de encontrar diferentes huevos, sino de hacer que se coma diferentes frutas. Además de usar su extensible lengua para engancharnos a salientes, tirar de objetos, etc., Yoshi puede adquirir habilidades adicionales: se puede hinchar como un globo y salir volando, brillar y desvelar la presencia de pasillos invisibles, o correr como un condenado a toda velocidad. Todas estas características están limitadas temporalmente, y hacen que Yoshi sea la llave para abrir nuevas secciones de niveles, y llegar, por tanto, a zonas que de otro modo no serían accesibles.
Igualmente, Mario ha adquirido nuevas habilidades. Mario puede convertirse en una roca, literalmente, e ir rodando por el nivel, usando los desniveles y demás elementos del mismo para ganar impulso, lo que se traduce en obstáculos a superar, y enemigos a los que batir, empleando este poder. Destaca también un Mario-nube, que puede plantar plataformas nebulosas para llegar a zonas imposibles de alcanzar de otro modo; pero claro, esas nubes desaparecen a los pocos segundos, como el poder. Además, en algunos niveles nos encontraremos una suerte de taladro con el que Mario podrá atravesar los planetoides, lo que le permitirá escapar de enemigos, o atacarles, o incluso encontrar zonas secretas en cuerpos celestes que esconden en sus entrañas grandes tesoros.
La combinación de esos elementos (los nuevos poderes, y Yoshi y lo que de él se deriva) implican que sobre la base jugable ya establecida del primer Super Mario Galaxy se han compuesto niveles completamente nuevos, además de introducir nuevos retos adicionales, pequeños minijuegos, que se encuentran repartidos por las fases del juego. Una carrera, un juego de equilibrio, y otros muchos retos serán los puntos de distensión dentro del desarrollo estándar del plataformas, algo que ya sucedía en su predecesor. Por ejemplo, aquí nos encontramos muy pronto con una carrera cogidos a un pajarraco de buen tamaño, que manejamos simplemente moviendo el mando remoto de Wii, surcando los cielos entre cuevas para evitar los obstáculos y llegar, finalmente, los primeros a meta.
En cuanto a la jugabilidad general del título, muchos de estos poderes implican que algunos elementos cobran ahora mucha mayor relevancia. Por ejemplo, podemos crear plataformas de nube, pero si hay viento, éste las moverá, así que hay que ir avanzando teniendo en cuenta la duración de las plataformas, su desplazamiento por el aire, y la meta que queremos alcanzar.
Nintendo también ha estado trabajando en mejorar el modo multijugador del título. No se trata de un juego cooperativo o competitivo como el de New Super Mario Bros. Wii, sino de evolucionar el concepto que ya vimos en la primera entrega de Galaxy. Ahora, el segundo jugador realiza un papel similar al de entonces, pero su implicación y relevancia es mucho mayor. Para empezar, tiene un personaje, un Destello, que acompaña a Mario, y trabaja en simbiosis con él. Puede, por ejemplo, coger monedas (que no sólo aumentan el bolsillo –y al final las vidas- de Mario, sino que le ayudan a recuperar energía), interponerse entre él y los enemigos, e incluso plantarles cara, y, claro, también recolectar polvo de estrellas. Lo importante es que este modo multijugador es accesible en todo momento: bastará coger un segundo mando (sin nunchuk), encenderlo, y sumarse a la partida.
Con todos estos elementos en juego, Nintendo está consiguiendo crear una atmósfera de juego en la que la sensación de familiaridad es constante, y, al mismo tiempo, la novedad es palpable, por lo que jugadores novatos y veteranos tendrán sensaciones similares mientras el juego se abre ante ellos. Aunque, claro, se ha puesto énfasis también en determinados aspectos que, aunque ya estaban presentes, ahora cobran mayor protagonismo. Estamos pensando especialmente en las secciones de desarrollo bidimensional, patente desde el mismísimo tutorial del juego, que nos lleva poco a poco hasta las tres dimensiones. La combinación de mecánicas 2D y 3D es mucho más recurrente, y se aprovechará sustancialmente en determinados niveles del juego, que incluso nos recuerdan a otros plataformas de Nintendo, como DK: Jungle Beat en determinadas ocasiones, gracias a la combinación de libertad creativa tomada durante el desarrollo del título, y el uso de determinados poderes de Mario.
Sobra decir que nadie debe esperar de este Super Mario Galaxy 2 una gran historia... como si Mario la hubiese tenido alguna vez. No se trata de eso: se trata de recorrer las páginas de un cuento, casi literalmente, para descubrir qué es la que ha liado esta vez Bowser, y que culmina, por descontado, con el secuestro de la pobre Peach. De hecho, la historia de este juego ni siquiera parece tener en cuenta la narración del primer Galaxy.
Visualmente, el juego lucirá mejor que la primera entrega, aunque falta por ver si la calidad se mantiene en la totalidad de sus mundos, tanto a nivel técnico como artístico. Hay niveles muy inspirados en secciones de la primera parte, pero otras son completamente nuevas y sorprendentes. Igualmente, la música vuelve a utilizar orquesta y MIDI, combinando ambas técnicas, aunque todo apunta a que en esta ocasión la música orquestada gana presencia. Además, la banda sonora sumará nuevos temas, aunque también regresan muchas melodías clásicas que son casi tan necesarias como Mario y las monedas.
Super Mario Galaxy 2 esconde, definitivamente, muchas sorpresas, que se desvelarán en tan sólo unas semanas en Europa, pues su lanzamiento está previsto para el próximo 11 de junio. Con sus novedades, y el perfeccionamiento de una fórmula que ya rozó la perfección, las previsiones no podrían ser más halagüeñas: Mario, Luigi y Yoshi -y quién sabe si un compañero adicional al terminar el juego- van a ofrecernos el que puede ser uno de los mejores títulos de la serie. Y eso son palabras mayores.