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Fecha de lanzamiento:
Switch:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Monolith Soft
Producción: Nintendo
Distribución: Nintendo
Precio: 59,99 €
Jugadores: 1
Formato: Tarjeta
Textos: Español
Voces: Inglés/Japonés
Online: -
ANÁLISIS

Impresiones Xenoblade Chronicles 3, un JRPG titánico

Probamos lo nuevo de Monolith Soft, un JRPG colosal que apunta a convertirse en la nueva obra maestra del estudio y en uno de los mejores juegos de todo el catálogo de Nintendo Switch.
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Actualizado: 17:00 7/7/2022
Versión Switch.

Si hay algo que tenemos que reconocerle a Nintendo Switch es que en los cinco años que lleva entre nosotros ha conseguido armar un catálogo de JRPG de auténtico infarto y con joyas para todos los gustos. Una consola prácticamente imprescindible para cualquier amante del género que no deja de darnos una alegría tras otra y que ahora prepara el terreno para el lanzamiento de Xenoblade Chronicles 3, la esperadísima tercera entrega numerada de una saga que con tan solo tres juegos ya ha hecho historia y se ha consolidado como una de las licencias más potentes de la actualidad. En Vandal ya hemos tenido la oportunidad de empezar nuestra odisea para descubrir por nosotros mismos todo lo que tiene que ofrecer y si hay algo que os podemos ir adelantando es que sí, Monolith Soft lo ha vuelto a hacer: apunta a obra maestra.

Un ciclo de violencia sin fin

De este modo, volvemos a estar ante un juego de rol japonés que sigue de cerca las enseñanzas de sus predecesores para ofrecernos una fórmula muy familiar en la que no faltan ninguno de los elementos que han encumbrado a la serie hasta lo más alto. Así pues, podéis esperar unos escenarios gigantescos y de una escala sobrecogedora capaces de hacernos sentir como meras hormigas, una trama elaborada, compleja y repleta de giros, una banda sonora espectacular, un marcado estilo anime en su dirección de arte y un profundísimo sistema de combate híbrido basado en golpes automáticos y el uso de artes.

¿Listos para vivir una nueva aventura de proporciones épicas?

Lo primero que nos ha llamado la atención de esta entrega es, sin duda, el tono de su historia, mucho más maduro, melancólico y serio. En ella nos llevan a un mundo brutalmente cruel en el que dos grandes facciones se encuentran inmersas en una guerra eterna ante la necesidad que tienen sus habitantes de matar soldados del bando contrario para alimentarse de la energía vital de sus víctimas y sobrevivir. Por si no fuese suficiente, las personas solo pueden vivir un máximo de 10 años y desde que nacen por medio de una incubadora son entrenadas con un único objetivo en mente: ser soldados y arrebatar vidas, de modo que muy pocos llegan realmente a cumplir la década.

Como podréis imaginar, esta interesantísima premisa da pie a un guion que gira alrededor de temas muy humanos y universales que ponen su eje, sobre todo, en la propia muerte como concepto y en la forma en la que lidiamos con esa realidad de la que no podemos escapar. No queremos entrar en muchos más detalles para evitar posibles destripes, pero os podemos asegurar que la trama principal y los personajes nos están encantando, tanto por la manera en la que está escrito y narrado todo como por los potentes e importantes mensajes que deja. Uno de esos extraños juegos que consiguen cada pocos pasos hacernos reflexionar sobre cuestiones personales de nuestras vidas y del mundo en el que vivimos.

La historia, su universo y sus personajes nos están fascinando.

Evidentemente, todavía es demasiado pronto para decir cómo de buena es la historia, pero por ahora nos tiene totalmente atrapados, invitándonos a avanzar solo por el simple placer de querer saber más sobre ella. Eso sí, os avisamos que esta tiene un papel importantísimo y desde el mismo principio nos pasaremos un buen puñado de horas presenciando largas secuencias de vídeo y extensos diálogos. Por suerte, como todo está tan cuidado (las escenas cinematográficas están trabajadísimas y tienen una dirección impecable) y el guion resulta tan absorbente, nunca se hacen pesadas ni cortan el ritmo de la aventura, más bien al contrario.

Un profundísimo sistema de combate

Centrándonos ya en su jugabilidad, el sistema de combate sigue, a priori, las bases clásicas de la saga, combinando turnos y acción en tiempo real. De esta forma, podremos movernos libremente por el mapa durante los enfrentamientos, pero nuestros golpes se realizan automáticamente al encarar al enemigo, por lo que la velocidad de ataque dependerá de la clase de nuestro personaje y de ciertos atributos. Por supuesto, entre tortazo y tortazo podremos ejecutar también habilidades especiales que suelen tener todo tipo de efectos, pudiendo desproteger a nuestros rivales para iniciar un combo de derribo, curar, reducir la cantidad de odio que generamos, provocar algún estado alterado o simplemente hacer mucho daño. Además, muchas de estas artes suelen obligarnos a atacar al enemigo desde algún punto concreto, ya sea por los flancos, la retaguardia o incluso de frente, por lo que siempre tendremos que coordinarnos con nuestros compañeros y recolocarnos.

Cada clase cumple un rol específico: atacante, guardián o sanador, así que tener un grupo equilibrado será clave.

A partir de aquí, Monolith empieza a sumar mecánicas y a dar forma a un sistema profundísimo del que todavía nos queda mucho por ver y conocer. Sin irnos muy lejos, es posible cambiar de clase a nuestros héroes para que aprendan nuevas habilidades pasivas y artes que puedan utilizarse con cualquier otro trabajo, algo que va a más en el momento en el que nos damos cuenta de que es posible "fusionar" dos técnicas distintas para sumar sus efectos con un único ataque. Además, si calculamos bien y usamos las artes justo cuando estamos acertando un golpe automático lo cancelaremos, lo que suele conllevar varias ventajas. Y hablando de fusionar, es posible fusionar a dos de nuestros protagonistas para que se conviertan temporalmente en un ser muy poderoso.

Dependiendo de la facción de la que provenga nuestra clase, sus artes se recargarán esperando un tiempo predeterminado o en función de los ataques automáticos que consigamos acertar.

Como veis, estamos evitando profundizar demasiado porque todavía nos queda mucho por explorar hasta dominar todas sus mecánicas, además de otras tantas de las que todavía no nos dejan decir nada, pero, desde luego, combatir es una experiencia divertidísima y con mucha miga que está regalándonos batallas muy emocionantes incluso en su nivel de dificultad normal. Si bien todo esto puede sonar muy abrumador, lo cierto es que el título nos está bombardeando constantemente con numerosos tutoriales para explicarnos absolutamente todo, algo que llega a resultar incluso excesivo, pero que debería ayudar a muchos jugadores a hacerse a sus diferentes sistemas de manera progresiva.

Lo que sí que nos ha alegrado comprobar es lo mucho que se han reducido las actividades secundarias de "relleno". ¿Os acordáis de las cientos de tareas de recadero que había en entregas anteriores? Pues aquí eso parece que se ha reducido al mínimo, al menos a juzgar por lo que hemos jugado. Ahora, cualquier encargo consistente en recolectar materiales se recoge en unas tarjetas que podemos consultar desde el menú y que se van sumando automáticamente a su correspondiente sección a medida que avanzamos en la historia, pudiendo entregar los recursos que nos pidan todas las veces que queramos para conseguir nuestras recompensas. De esta manera, se reduce su número y se le da salida a muchos de esos miles de puntitos brillantes que recogeremos durante nuestras aventuras.

Otra consecuencia positiva de esto es que ahora cuando veamos una misión secundaria sabremos que, como mínimo, será medianamente interesante y tendrá algo de contenido narrativo que nos ayude a conocer más sobre el mundo y sus habitantes. Apenas hemos visto unas pocas todavía y tampoco es que nos hayan parecido una maravilla (rescatar a unos soldados, encontrar unos suministros, etcétera), pero sí que creemos que es un cambio de paradigma muy acertado que permite que la aventura fluya mucho mejor para que el contenido opcional no interrumpa el desarrollo de la trama principal.

El verdadero potencial de Nintendo Switch

En lo que respecta a su apartado gráfico, decir que estamos ante uno de los títulos más potentes de todo el catálogo de Nintendo Switch, capaz de exprimir su hardware hasta límites insospechados, lo que se traduce en unos escenarios titánicos y con múltiples detalles, buenos modelados, efectos muy conseguidos y espectaculares, multitud de elementos en pantalla, una imagen nítida y limpia y un rendimiento bastante bueno. Eso sí, os avisamos que en portátil la resolución baja bastante y la imagen se emborrona más de lo que nos gustaría, aunque no llega a los niveles de Xenoblade Chronicles 2, por lo que resulta perfectamente jugable a pesar de tratarse de una obra pensada para ser jugada en pantalla grande y maravillarnos con la escala de su universo.

A veces cuesta creer el despliegue técnico que es capaz de poner el juego en pantalla. Además, su dirección de arte es maravillosa, tanto en escenarios como en diseño de personajes.

Por supuesto, la banda sonora tampoco se queda atrás y nos deja unas composiciones magníficas y de una calidad incuestionable. Esta vez la flauta tiene un papel clave en la música, una elección que no se ha hecho al azar y que tiene un gran significado narrativo, puesto que sus protagonistas tocan este instrumento para despedir a los caídos en su creencia de que esto les permitirá llegar a lo que sea que haya más allá. Evidentemente, también podéis esperar temas más emocionales, solemnes y tristes que se amoldan perfectamente al tono de la historia, aunque también hay espacio para la épica o los ritmos más cañeros a la hora de combatir. Los efectos son bastante buenos y el doblaje nos llega tanto en inglés como en japonés con textos perfectamente traducidos al español.

Una cita ineludible para los aficionados al rol japonés

Todavía nos queda muchísimo por jugar y por contaros hasta que podamos ofreceros nuestra valoración final, pero ahora mismo Xenoblade Chronicles 3 destila ese aroma que solo tienen los mejores. Una aventura colosal a la que nos está costando muchísimo encontrarle fallo alguno y que nos tiene completamente atrapados tanto por sus virtudes narrativas como jugables y audiovisuales. Desde luego, queda claro que apunta a lo más alto, pero ¿llegará a coronarse como la nueva obra maestra de Monolith Soft? En apenas unas semanas lo descubriremos.

Hemos realizado estas impresiones gracias a un código de descarga de la versión final que nos ha ofrecido Nintendo.

Redactor