Ya queda menos para poder disfrutar de Watch Dogs, el juego que fascinó a todos en el E3 de 2012 y que poco más de un año después se va a estrenar en las actuales y las nuevas consolas. Una aventura de mundo abierto, que transcurre en una moderna pero no futurista ciudad de Chicago, en la que encarnamos a un hacker que es capaz de modificar, anular y usar a su antojo toda la tecnología que le rodea, desde teléfonos móviles, cámaras de seguridad, semáforos, y todo aquello que esté conectado de alguna forma a la red informática de la ciudad, el conocido como sistema operativo central (ctOS).
Durante estos últimos meses hemos asistido a varias presentaciones y hemos visto cantidad de vídeos que nos han mostrado su jugabilidad, pero hasta esta Gamescom no habíamos podido probarlo, algo que nos ha aclarado muchas dudas. Son tantos los chismes de la ciudad con los que podemos interactuar, además de poder disparar, correr, luchar cuerpo a cuerpo y utilizar vehículos, que temíamos que hackear a la vez que realizamos todas estas acciones fuera demasiado complejo.
Por eso nos ha llamado tanto la atención que para nada es así, más bien todo lo contrario, Watch Dogs es sorprendentemente intuitivo y fácil de controlar, y te adaptas a sus mecánicas y posibilidades en muy pocos minutos.
Algo bastante característico de Ubisoft es la enorme cooperación que existe entre sus estudios, es fácil que en sus grandes producciones participen hasta tres estudios distintos, de diferentes países, y en el caso extremo de la saga Assassin's Creed, hasta seis o siete. Esto provoca que sus títulos hereden mecánicas o aspectos positivos de unos a otros, si algo funciona muy bien en un juego concreto, es muy probable que de alguna manera lo veamos reflejado en siguientes trabajos. Decimos esto porque en el control de Watch Dogs hemos visto detalles de Assassin's Creed y del último Splinter Cell, lo que hace que te resulte familiar y cómodo desde el primer momento.
La manera que tenemos de correr, de encaramarnos a sitios un poco elevados, las acciones contextuales viendo los botones en pantalla, es muy similar a Assassin's Creed. El sistema de coberturas, la manera de movernos entre ellas, y en definitiva todo lo que tiene que ver con el sigilo, es casi idéntico a lo visto en el reciente Splinter Cell Blacklist. Eso de poder hackear tantas cosas puede parecer un poco lioso en un principio, pero basta con mirar en la dirección de nuestro objetivo, ver que a su lado aparecer el botón cuadrado (hemos jugado a la versión de PS4), y dejarlo pulsado unos segundos, para efectuar el hackeo. Cuando vamos en el coche a toda pastilla, tenemos que pulsar una sola vez, y así poder cambiar los semáforos de color, o levantar unos bolardos del suelo contra los que se pueden estampar nuestros perseguidores.
La primera mecánica jugable que hemos experimentado es otro ejemplo de esa herencia de ideas entre los distintos juegos de la compañía gala, y nos ha recordado a los campamentos que asaltábamos en el genial Far Cry 3. En cada barrio de Chicago nos encontramos las centrales ctOS, que están conectadas al sistema operativo central, y que nos impiden por ejemplo hackear los teléfonos móviles y los ordenadores de los alrededores, lo que es un incordio. Para poder hacerlo primero tendremos que hackear estas centrales, que son unos edificios bien protegidos por fuerzas de seguridad. Entrar a tiros aquí, por la fuerza bruta, es un suicidio, y hay que hacerlo con sigilo, sin que nos vean.
Es aquí cuando empezamos a hacer un uso exhaustivo de las cámaras de seguridad, que nos permiten ver cada rincón y tener controlados a los enemigos. Basta mirar a una cámara y dejar pulsado el botón para "meternos" en ella, y podremos saltar a otras, siempre y cuando no haya nada en la trayectoria de una a otra, con una línea de visión directa, lo que es en sí mismo un pequeño puzle. Escondidos tras una esquina, en cualquier cobertura, podemos acabar con un enemigo con sigilo, aunque no con delicadeza, ya que el protagonista se emplea con bastante dureza mediante su porra.
El objetivo de estos asaltos a los ctOS es llegar hasta los servidores, que una vez controlados nos permitirán hacer lo que queramos por los alrededores. Escuchar conversaciones ajenas, limpiarle el dinero de la cuenta corriente a algún incauto, o hasta meternos en los ordenadores de los hogares, y ver qué están haciendo sus inquilinos. El mundo de Watch Dogs está vivo, en constante movimiento, independientemente de que nos estemos centrando en seguir la trama principal.
A veces en el mapa de la ciudad podemos ver una interferencia, que nos indica que hay un hacker en la zona, al que podemos dar caza, o recibir un aviso de que se está cometiendo un crimen, pudiendo intervenir si queremos. Somos un vigilante de la ciudad, y parece que será difícil resistirse a estos pequeños retos o misiones secundarias, que están introducidos en el desarrollo de manera muy orgánica.
Para dar caza a un hacker primero tendremos que localizarlo, ya que solo nos avisan de la zona aproximada, pero no quién es exactamente. Para ello tendremos que usar las cámaras de seguridad e ir observando el entorno, hasta dar con él. Una vez se percate de nuestra presencia echará a correr y se iniciará una persecución, hasta que le alcancemos y le reduzcamos a porrazos. El juego invita a comportarnos correctamente, a detener a los delincuentes, pero eso no quiere decir que no podamos hacer el mal, o que ciertas acciones, aunque positivas desde el punto de vista ético de un hacker, no sean del agrado de las fuerzas de seguridad.
Cuando esto ocurre, tendremos que escapar de los coches y helicópteros de la policía, y darles esquinazo ya sea por nuestra habilidad al volante, o nuestra capacidad para alterar el entorno y que nos pierdan de vista, cambiando los semáforos de color, levantando bolardos del suelo, o escondiéndonos de los helicópteros debajo de un puente.
Aunque todavía se guardan todos los detalles, en esta presentación tuvimos tiempo de ver un ligero retazo de cómo será el modo multijugador. Los jugadores se hackearán unos a otros, y una vez accedan a las comunicaciones de otro usuario, se descargarán sus datos, un proceso que tarda unos minutos. Durante este proceso, el jugador al que le están robando tendrá que buscar al rival que le ha hackeado, iniciándose un curioso juego del gato y el ratón. Seguro que no tardan mucho en darnos todos los detalles del multijugador, pero la idea que nos han mostrado parece muy prometedora y bastante original, podemos estar ante un multijugador con mucha personalidad.
Nunca hackear fue tan fácil
Tras probar Watch Dogs, ya no nos queda ninguna duda de que va a ser un gran juego, al nivel que nos tienen acostumbrados los grandes títulos de Ubisoft. Solo queda ver hasta dónde es capaz de llegar, con que fuerza consigue imponerse como nueva saga, ya que muchos detalles como la profundidad e interés de la historia, el multijugador, y si será lo suficientemente entretenido y variado durante todo su desarrollo, son cosas que todavía desconocemos. Llegará a finales de noviembre para todas las plataformas, y los que ya le teníais ganas iros frotando las manos, porque además se juega de maravilla.