La saga Tony Hawk’s Pro Skater fue antaño uno de los grandes pilares de Activision; era casi el Call of Duty de su época, con gran acogida, millones de copias vendidas y entrega anual. Como todo en esta vida, cuando algo se exprime acaba por quedarse seco, y cuando la competencia –Skate– ofrece un acercamiento diferente (aunque totalmente compatible) y tú te vas por las ramas con periféricos que empañan la jugabilidad que hizo grande a la marca, pues pasa lo que pasa.
Tras Tony Hawk’s Pro Skater HD, que recuperaba parte de los dos primeros episodios para hacer un remake de acuerdo a los tiempos que corren, Activision dio luz verde a Tony Hawk’s Pro Skater 5, una entrega totalmente nueva que continúa desde las bases que asentó Tony Hawk’s Pro Skater 4, pero que también introduce elementos de su propia cosecha, algunos con mayor y otros con mejor acierto.
Dejando a un lado las distracciones
Robomodo –los responsables del remake– y Disruptive Games –un estudio de apoyo que también participó en Tony Hawk’s Pro Skater HD– quieren olvidarse de todo aquello que desvió a la saga de su camino, y hacer que Tony Hawk’s Pro Skater 5 vuelva a ser un título centrado en patinar; se acabó el bajarse de la tabla, el agarrarse a coches y, mucho menos, conducirlos.
Aquí se viene a patinar.
Siguiendo la estructura clásica, tenemos una serie de niveles cerrados e individuales en los que realizar una serie de misiones, algunas repartidas por el escenario –como las de recoger S-K-A-T-E– y otras que tendremos que activar hablando con alguien o en algún punto concreto. Como sabéis, también habrá multijugador (hasta 20 simultáneos y con servidores dedicados), y podremos realizar todas las misiones de manera cooperativa.
El multijugador competitivo también está integrado de manera dinámica, y por ejemplo, podemos lanzar desafíos públicos para que todos los que estén en nuestra misma sala intenten superarnos. Todo está muy bien integrado, y podemos manejar multitud de opciones sin salir de la partida, algo que nos ayuda a mantener el ritmo de la partida. Este multijugador es lo que más nos atrae de sus novedades, ya que los reajustes jugables nos han dejado alguna que otra duda.
Los (discutibles) cambios jugables
"Si no está roto no lo arregles", dicen, y los responsables de Tony Hawk’s Pro Skater 5 han intentado arreglar algo que funcionaba a la perfección. Desde la primera entrega, si dejamos pulsado el botón de saltar (A/X en las consolas actuales), el personaje aceleraba; al soltar el botón, saltaba. Ahora, acelerar se pasa al RT/R2, mientras que el botón de salto no se altera. Así, se mete de manera totalmente artificial un botón innecesario, que además no funciona como RB/R1 en Tony Hawk’s Proving Ground (botón adicional para coger más impulso), y sólo complica el esquema de control sin razón aparente.
La complicación llega también porque este nuevo acelerador desplaza el revert al RB/R1, por lo que si queremos usar este botón para girar más rápido en el aire, tendremos que soltarlo y volverlo a pulsar antes de caer. Si no medimos bien, podemos acabar girando en este momento crítico y perdiendo la dirección con la que enfilábamos el aterrizaje, y, consecuentemente, perdiendo los dientes al tocar el suelo.
Los (discutibles) cambios jugables, por desgracia, continúan. La barra de especial (que ahora se activa pulsando un botón en lugar de automáticamente, lo que nos parece bien), no nos permite realizar trucos especiales, sino que nos obliga a hacerlos. Se acabaron los trucos de dos direcciones –izquierda - derecha - cuadrado, por ejemplo–; ahora cualquier combinación de teclas sencilla hará un truco especial, algo que no sólo le quita toda la gracia a realizarlos, sino que, además, no te permite realizar trucos simples. Esto, que puede parecer una tontería, no lo es en absoluto, ya que a veces no tienes tiempo de hacer un darkslide antes de que termine el bordillo, pero sí un nosegrind, y ahora esa opción desaparece. Lo mismo se aplica a los flips y los grabs, claro.
Aunque pueda parecer que Tony Hawk’s Pro Skater 5 es una tragedia en lo jugable, no lo es, ni mucho menos. Las físicas se han mejorado con respecto a Tony Hawk’s Pro Skater HD, y algunas adiciones, aunque chocantes al principio, sí que son de agradecer. Ahora, con el triángulo hacemos un slam, que nos permite dejarnos caer cuando estamos en el aire. Cuesta acostumbrarse, pero cuando lo procesamos podemos caer sobre algún sitio para grindar si medimos mal el salto, o reajustar la trayectoria para evitar un posible accidente.
Eso se perfila útil para sustituir en según qué condiciones al spin transfer, que junto a los trucos que podíamos hacer durante un manual, ha desaparecido sin rastro. El jump wall (el salto contra la pared), sí que vuelve. Por último, comentar que la adición de los potenciadores para la tabla han sido hasta el momento anecdóticas, pero creemos que tendrán mucha más relevancia una vez probemos el juego en todo su esplendor.
Otros aspectos
No queremos irnos sin comentar dos cosas más: el editor de parques y el apartado audiovisual. El editor de parques nos ha convencido bastante. Parece muy potente y sencillo, y por supuesto, nos permitirá compartir nuestras creaciones con otros usuarios a través de internet, algo que puede darle mucha vida al retorno de este modo.
El apartado gráfico, como veis en las imágenes, no se ve tan rudimentario en directo, pero sí que sigue notándose bastante pobre para la época. Funciona a 1080p y a 60 imágenes por segundo –al menos la versión de PlayStation 4, que es la que hemos probado–, y tiene algunos detalles como expresiones faciales para los skaters, y si bien cumple su función, visualmente se perfila como un título muy justito. Nos queda, eso sí, fe en la banda sonora, sobre la que los responsables del juego no han querido soltar prenda, pero con la que prometen no decepcionar.
Vuelve THPS con cambios acertados y otros inexplicables
Tenemos buenas y malas noticias. Las buenas es que Tony Hawk’s Pro Skater 5 vuelve a los orígenes de la saga, con un juego que se controla muy bien, con toda su diversión intacta y con un multijugador que puede darle una nueva dimensión a la experiencia. Las malas es que Robomodo y Disruptive Games han intentado arreglar lo que no estaba roto, y han acabado realizando unos cambios más que discutibles que no nos han convencido en absoluto.
Todo esto que os contamos se lo dijimos también a los desarrolladores que nos mostraron el juego, y nos aseguraron que nada es final, por lo que esperamos que recapaciten y se centren en potenciar sus muchos aciertos en lugar de hacer cambios que no aportan nada desde un punto de vista jugable, y que descolocan un sistema de control cuyas bases siguen funcionando a la perfección hoy en día.