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Género/s: MMO / Mundo abierto
PS4:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Q-Games / SCE Japan Studio
Producción: SCEE
Distribución: PlayStation Network
Precio: Free to play
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Español
Voces: No
Online: Sí
ANÁLISIS

Primeras impresiones The Tomorrow Children

Construye y defiende una ciudad junto a otros jugadores en esta peculiar aventura que es algo más que un simple clon de Minecraft.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versión PS4.

Los japoneses Q-Games, creadores de la serie PixelJunk, y de las dos últimas entregas portátiles de la saga Star Fox (Star Fox Command y Star Fox 64 3D), presentaron en la pasada gamescom su nuevo juego: The Tomorrow Children, uno de los más peculiares que pudimos ver en la feria alemana, y que están desarrollando junto a SCE Japan Studio. Este se trata de un juego tipo Minecraft en el que jugaremos a través de internet con otros muchos usuarios, colaborando para construir y defender una ciudad.

Con una estética soviética con mucha personalidad, The Tomorrow Children transcurre un futuro recreado a partir de los efectos de un experimento en la Rusia de los años 60, que trató de ‘sublimar’ la raza humana, fusionando todas las mentes humanas en una sola conciencia global. Este experimento salió mal y diezmó el planeta, por lo que los pocos humanos restantes pasaron los siguientes 90 años reconstruyéndolo.

Nosotros seremos un ‘clon proyectado’, al que se le ha encomendado la tarea de aventurarte en el Vacío, para reivindicar la raza humana y restablecer su anterior gloria. Sí, suena todo un poco extraño, y la primera vez que ves este juego en acción resulta un poco desconcertante, tanto por su arriesgado aspecto visual como por su propuesta jugable.

Los supervivientes del experimento fallido han creado una sociedad basada en los ideales marxistas de la década de 1960, aunque con el paso del tiempo estas ideas se han distorsionado un poco, y la tecnología ha avanzado en direcciones inesperadas. Comenzarás la aventura como un ciudadano de clase baja o del proletariado, y con tus acciones, positivas para la comunidad, obtendrás puntos de reconocimiento que podrás canjear en la oficina de empleo para conseguir cupones del estado. Estos cupones de racionamiento podrán canjearse por mejores habilidades, herramientas y todo tipo de objetos.

Tu primera tarea será explorar y buscar materiales, porque la ciudad necesita tantos recursos como sean posibles para defenderse de los ataques de los merodeadores Izverg, unos monstruos gigantes que deambulan por el Vacío. Las islas que visitas para explotar recursos también las genera el Vacío y contienen todo tipo de elementos extraños, entre ellos monstruos y tesoros, funcionando a modo de mazmorras. Es en la búsqueda de los materiales donde más se parece a Minecraft, usando herramientas como el pico, la pala o una linterna, teniendo mucha paciencia, y es a la hora de combatir a los Izverg, con todo tipo de armamento, cuando más se diferencia del juego de Mojang.

La ciudad recibe inesperados ataques de estos monstruos gigantes, y todos los usuarios que estén jugando en ese momento tienen que movilizarse para combatir la amenaza. Armas como lanzacohetes, torretas de combate, o un jetpack para volar por el aire, toda la ayuda es poca para vencer a esas enormes bestias, en unos momentos de acción bastante simples y primitivos por lo que pudimos ver en la demo. Una vez has derrotado a uno de esos monstruos, estos se cristalizan y puedes utilizar su cuerpo para obtener nuevos materiales.

Habrá que trabajar duro recogiendo minerales.

Aunque no se ha decidido todavía la cifra final, se barajan entre 50 y 100 habitantes en cada ciudad, y todos los jugadores colaboran entre sí para defenderla y hacer que crezca. Realmente los jugadores no están ahí de una manera ‘física’, no los ves moverse en tiempo real, solo vemos una proyección de ellos en momentos puntuales, y el resultado de sus acciones: todo lo que hagas para manipular el mundo se comparte con los demás jugadores en cada ciudad. Puedes construir edificios, fabricar elementos como torretas, alumbrado, vehículos y tanques, y aunque no juegues, la ciudad seguirá su curso, cuando vuelvas a la partida, verás lo que el resto de jugadores ha hecho durante tu ausencia.

Cada pocos días en la ciudad se celebran unas elecciones y todos los jugadores votan al alcalde que desean que les represente. Una elección que será importante, ya que un alcalde en concreto puede recortar el coste de los recursos de todos los edificios, mientras otro puede apostar por aumentar la eficacia de las armas, algo muy práctico para cuando ataquen los monstruos. Estamos ante una aventura colaborativa, en el que todas nuestras acciones y decisiones influyen en el resto de jugadores, y estos necesitan ayudarse entre sí para llegar a buen puerto. No solo para derrotar a grandes monstruos, sino también para acciones más sencillas, como alumbrar con una linterna a un compañero mientras este cava en una oscura mazmorra.

En la ciudad encontraremos diferentes medios de transporte, tanto para movernos por ella como para visitar otros lugares.

Siempre que inicies la partida aparecerás en tu ciudad natal, donde tienes tu hogar, lo que no quiere decir que no vayamos a poder visitar otras ciudades, a través de diferentes medios de transportes, como cuando viajas a las islas (mazmorras). Todavía no está muy clara la relación entre las diferentes ciudades, y si podremos elegir entre colaborar o competir con ellas, aunque sabiendo que la gran amenaza son los merodeadores Izverg, apostaríamos por lo primero. Crafting, algo de acción y pequeños minijuegos, como uno que nos mostraron en el que había que reparar un generador a base de quick time events, en un intento de aportar algo de variedad jugable.

En la demostración que nos enseñaron, lo primero que hay que decir es que gráficamente estaba muy verde, y costaba hacerse a la idea de cómo será en una versión más avanzada, más pulida. Con una estética muy radical, que promete no dejar indiferente a nadie, toma prestados algunos de los elementos de Minecraft y sucedáneos, como el crafting, pero luego le incluye esas escenas de acción con monstruos gigantes. Al contrario que en el juego de Mojang, aquí no podremos diseñar nuestras propias estructuras, los edificios están prediseñados, por lo que se limita bastante la creatividad del jugador. A la hora de destruir estructuras para conseguir los recursos, sí parece que tenemos la misma libertad, no hemos visto limitaciones.

Eso de picar piedra durante horas y luchar contra enemigos gigantes en unas escenas de acción bastante sosas personalmente no nos parece demasiado emocionante ni divertido, aunque su concepto de base, un mundo formado por muchos jugadores que tienen que colaborar por un bien común, sí nos parece muy atractivo, por lo que le seguiremos la pista. Está lejos de ser un clon más de Minecraft y tiene mucha personalidad, pero la demostración que vimos no acabó de convencernos del todo, ni en lo técnico (nos pareció visualmente feo) ni en lo jugable (de ritmo lento y tedioso). Veremos cómo evoluciona en los próximos meses. En octubre comenzará su beta en Japón, que esperamos no tarde en llegar a Europa y así poder probarlo.

Una vez derrotados, los monstruos gigantes se convierten en estatuas de mineral, que podemos recoger o utilizar para crear curiosas estructuras.

Más allá de Minecraft

Aunque no puede negar su fuente de inspiración y que quiere aprovechar el tirón de un tipo de juego tan de moda, The Tomorrow Children propone algo parecido a Minecraft pero realmente distinto, con sus propias ideas y un diseño artístico con mucha personalidad. Una ciudad que tenemos que ayudar a construir y defender junto a otros muchos jugadores, tanto a través de nuestro trabajo recogiendo minerales, como usando las armas para defenderla de monstruos gigantescos. Se lanzará el año que viene para PlayStation 4, y es sin duda uno de los juegos más peculiares y diferentes de todos los anunciados en exclusiva para la nueva consola de Sony.

Redactor