La buena acogida que tuvo Styx: Master of Shadows sorprendió hasta a Cyanide Studio. El diseño vertical de la Torre de Akenash en la que transcurría el juego, la pureza del siglo y las peculiaridades del goblin de 200 años que lo protagonizaba, fueron los elementos que más convencieron a los jugadores. Para otoño está previsto que salga su continuación, Styx: Shards of Darkness, que profundiza más -todavía- en las mecánicas de sigilo y lleva a Styx a nuevos escenarios.
Cyanide quiere dejar claro lo fuerte que apuesta por Styx incluso antes de empezar la demo, y enseña el aspecto del juego con el motor gráfico que utilizó en el primer título y el actual, Unreal Engine 4, que le da mucho más empaque y vistosidad.
Y no es el único cambio, los escenarios son muy detallados y las animaciones del protagonista, sin duda, mucho mejores.
En la demo el objetivo es hacerse con el contenido de diversos cofres. Styx se mueve constantemente en las sombras, y lo mejor que puedes hacer es observar todos los elementos que hay en el escenario para ver cómo puedes usarlos: te escondes bajo una mesa, dentro de un barril, te descuelgas por una barandilla y avanzas por una cornisa y hasta puedes coger un puñado de ceniza y lanzarlo a una lámpara o antorcha para apagarla, porque quedarte a la vista o hacer el mínimo ruido es una derrota. Algunos enemigos, como los enanos, pueden detectarte incluso por el olor.
Clones como puntos de control, para moverte, teletransportarte o como distracción
Una de las peculiaridades de Styx que se mantiene es su capacidad para crear clones de sí mismo, una manera de no tener que repetir la misión si mueres y puedes utilizarlos para actuar o para crear una distracción. Pero es una habilidad limitada; crear un clon cuesta ámbar y Styx sólo puede llevar dos botellitas. En Shards of Darkness, como novedad, Styx puede crear un clon en algún lugar al que no llegue y después teletransportarse junto a él.
Cualquier paso cuenta y hay que pensar bien cómo atacar a cada rival del que te quieres deshacer. Al principio de la demo Styx se acerca a un vigilante que está de espaldas (de hecho, los vigilantes y personajes tienen demasiada tendencia a dar la espalda a la mayor parte del escenario o de mirar a la pared) y le roba una botella de poción antes de matarlo. Los representantes de Cyanide nos explican que, si acaba directamente con él, se arriesga a que en la pequeña lucha se rompa el envase.
Antes de entrar en una habitación, el goblin mira por la cerradura para ver cuándo puede entrar inadvertido. Para entrar utiliza una ganzúa ya hecha o que fabrique, ya que una de las novedades es que Styx puede crear objetos o armas como un arco cuando encuentra una mesa de alquimista. La fabricación de objetos implica que debes recoger ingredientes durante las misiones para después utilizarlos.
Ya dentro envenena la bebida de un vigilante y acaba con otros dos dejando caer sobre sus cabezas una inmensa lámpara de techo, y para el siguiente cofre se deja caer a la planta inferior cayendo sobre una alfombra para no hacer ruido. En un momento a Styx no le queda más opción que volverse invisible, pero hacerlo conlleva un elevado consumo de su capacidad de magia.
La demo salta a un momento más avanzado en el juego en el que Styx se desliza por una cuerda -una más de sus nuevas habilidades-, y mata a un vigilante y esconde el cuerpo en un armario para que no lo detecten los demás. Con su nueva habilidad de fabricar objetos, el protagonista ha creado una trampa y utiliza el clon para atraer la atención del objetivo.
Cyanide quiere dar a los jugadores la mayor cantidad de opciones y herramientas para que superen cada misión de forma creativa, y después recibe una puntuación en forma de medallas y puntos que les sirvan para mejorar las habilidades del personaje.
Escenarios muy diferentes y una raza nueva para combatir las críticas a la uniformidad del primer Styx
Cyanide promete que, en lugar de estar limitado a una torre, en Shards of Darkness veremos escenarios muy diferentes, entre ellos cuevas y la ciudad de los enanos (donde cambiará la forma de jugar). Se tratarán, además , de escenarios más abiertos que la torre de Akenash. Entre los que Cyanide menciona está la ciudad de los elfos oscuros, una raza nueva, que tiene una iluminación muy potente que te obligará también a jugar de otra manera, siendo la manera que han tenido de responder a las críticas de los jugadores de que Styx era demasiado repetitivo.
Una característica que nos ha parecido muy atractiva -aunque no la hemos visto en funcionamiento- es el multijugador cooperativo, sobre todo por el hecho de que puedes llevarte a la partida de un amigo a tu propio Styx, aunque es una pena que sea sólo online; parece que los juegos actuales se han olvidado por completo de los jugadores que quieren disfrutar de esta experiencia a pantalla partida. Se puede jugar en modo cooperativo toda la aventura, tanto la campaña como el modo Desafío, aunque esto también supone que tenéis el doble de posibilidades que os detecten.
Cyanide Studios ha apostado fuerte por esta secuela de un juego basado en el sigilo, de forma que ahora tiene mucha más calidad gráfica y mecánicas diseñadas para potenciar la creatividad del jugador a la hora de resolver las misiones, y llevar a Styx a escenarios mucho más variados. En unos meses ya veremos si con estas novedades el juego vuelve a ganarse el favor del público. Styx: Shards of Darkness saldrá este año para PS4, Xbox One y PC.
Estas impresiones se han escrito después de un viaje a París para participar en el evento "What’s Next" de Focus Interactive y presenciar una demo del juego de 20 minutos.