Actualmente podríamos hablar de que existe una enorme saturación de juegos de mundo abierto en el mercado, pero lo cierto es que son títulos que seguimos disfrutando muchísimo, especialmente cuando se les consigue dar el interés y la libertad suficiente como para que queramos explorar hasta el último píxel.
Entre esta avalancha de títulos de mundo abierto, la saga Just Cause, y más en concreto su segunda entrega, ha conseguido hacerse un hueco gracias a su alocada y frenética propuesta, invitándonos a crear el caos y la destrucción en un mapa enorme, ofreciéndonos así un juego en el que, al final, lo único que importa es la diversión simple, pura y directa.
Y precisamente con esta filosofía es con la que Avalanche Studios está desarrollando su tercera parte, aunque aprovechándose para la ocasión de las posibilidades que ofrecen las nuevas consolas para hacer de Just Cause 3 un título mucho más frenético, grande y divertido. Y con muchas más explosiones.
En la gamescom tuvimos la ocasión de probarlo y de asistir a la presentación de una demo en directo, donde sus desarrolladores nos mostraron una frenética persecución en la que Rico, el protagonista de la saga, se subía al techo de un coche para combatir a sus enemigos en una secuencia realmente espectacular, especialmente si tenemos en cuenta que todo era en tiempo real.
Coches siendo destrozados con un lanzacohetes, helicópteros a los que nos podíamos agarrar con el gancho para ponernos cabeza abajo en su parte inferior para seguir disparando a los vehículos de la carretera, coches que eran destruidos "atándolos" con el gancho para que chocasen entre sí, y muchos disparos y saltos de un vehículo a otro, dándonos una idea de cómo de alocados y divertidos van a ser los momentos con más acción del juego.
Tras esto, pudimos ver cómo será la exploración por el gigantesco mapa del juego, algo para lo que tendremos muchísima libertad de movimiento. No solo podremos conducir cualquier vehículo con el que nos encontremos, sino que además podremos impulsarnos con el gancho para salir disparados a gran velocidad hacia el aire y planear con nuestro traje especial (o bien utilizar un útil paracaídas para los descensos).
A medida que avancemos en la aventura principal desbloquearemos todo tipo de equipo, como nuevas armas y vehículos que podremos solicitar utilizando un sistema de bengalas. Como podréis imaginar, simplemente nos bastará con hacer el pedido en el menú, lanzar una bengala y esperar a que caiga en esa posición lo solicitado, algo que suele traer consigo confeti para celebrarlo.
Tampoco faltará un sistema de personalización y mejoras para nuestro personaje, gracias al cual podremos modificar muchas de nuestras habilidades y técnicas para que se comporten de forma distinta a como lo suelen hacer. Lo bueno es que nos darán muchísima libertad para activar y desactivar las mejoras siempre que queramos, así que podremos ir adaptándonos a la situación y probando nuevas combinaciones.
Su funcionamiento es bastante sencillo, ya que para desbloquear estas mejoras (incluyendo también vehículos y armas) simplemente nos bastará con conseguir el número de engranajes que nos pidan. Estos, por lo que hemos podido ver, se consiguen completando muchas de las actividades que nos iremos encontrando a lo largo del mapa.
Por ejemplo, pudimos jugar dos tipos de desafíos distintos. En uno de ellos nuestro objetivo era destruir todo lo que nos fuera posible para conseguir puntos y encadenar combos que aumentaran nuestro multiplicador, mientras que en las misiones del otro tipo nos hicieron superar unos circuitos de aros en caída libre (aunque tenían multitud de caminos posibles, obligándonos a encontrar la mejor ruta).
Dependiendo de la puntuación que obtuviéramos recibiríamos entre ninguno y cinco engranajes y ya os avisamos que conseguir los cinco en cada prueba es algo que nos llevó unos cuantos intentos y planificar muy bien cómo hacíamos las cosas. Por ejemplo, en una de destrucción con lanzamisiles, el tiempo no empezaba a contar hasta que destruyéramos la primera estructura, motivo por el que nos dedicamos primero a debilitar todo lo que veíamos para asegurarnos de que una vez que comenzara la prueba todo se derrumbara de un solo disparo y el multiplicador de puntos subiera a toda velocidad.
Las de caída libre ya dependían mucho más de nuestra habilidad y de la capacidad que teníamos para controlar el planeo (que es más exigente de lo que en un principio podría parecer) y atravesar los aros por los puntos exactos en los que nos daban más puntos. En general, estas pruebas nos han parecido simplemente entretenidas, aunque no nos han maravillado demasiado.
Eso sí, tienen su puntillo de "pique", ya que con toda seguridad querréis haceros con los cinco engranajes de cada una y probablemente acabaréis repitiendo cada prueba más de una vez. Además, para los jugadores más competitivos se han añadido marcadores online e incluso fantasmas para que podamos ver cómo lo han hecho nuestros amigos y otros jugadores.
Gráficamente se trata de un título muy bien resuelto, con unos escenarios detallados y unos buenos modelados, aunque ciertas texturas todavía necesitan más trabajo. Eso sí, lo mejor (y con diferencia) lo tenemos en las espectaculares explosiones que se llegan a producir. Creednos cuando os decimos que ver "los fuegos artificiales" que genera una gasolinera explotando es algo digno de admiración, especialmente cuando lo hemos provocado nosotros lanzando desde el cielo un coche mientras contemplamos el espectáculo con nuestro paracaídas.
Tenemos muchas ganas de comenzar la aventura principal por nosotros mismos para descubrir cómo serán sus misiones y cómo de divertido será realmente explorar el mundo del juego, pero al menos, de momento, Just Cause 3 promete ofrecernos diversión directa y sin complicaciones, algo que se agradece en una industria con tantos juegos que se toman demasiado en serio. Tendremos que esperar al 1 de diciembre para salir de dudas, pero si disfrutasteis de Just Cause 2, estamos convencidos de que esta nueva entrega no os va a decepcionar.