Si hay algo que queda patente cada vez que Blizzard libera algo de información sobre Reaper of Souls, es el enorme trabajo que están realizando para volverse a reencontrar con los fans de Diablo, muchos de los cuales quedaron decepcionados con algunas de las decisiones que se tomaron con el lanzamiento de Diablo III. La casa de subastas, su sistema de loot y lo poco atractivo que resultaba su end game dinamitaron mucho la experiencia del juego a largo plazo, errores que la compañía pretende enmendar con esta expansión.
Así pues, en la edición de este año de la BlizzCon hemos tenido la ocasión de jugar a una nueva demo y se nos ha dado la oportunidad de probar su modo Aventura, el cual promete horas y horas de juego una vez completemos su aventura principal.
Gracias a él, el juego generará misiones y mazmorras aleatorias por todos los actos del título, las cuales veremos señaladas en un mapa general.
Para emprenderlas simplemente nos bastará con seleccionarlas y seremos teletransportados automáticamente hasta allí. Una vez estemos en una de ellas, se nos indicarán los objetivos en la parte derecha de la pantalla, los cuales suelen consistir en adentrarnos en una mazmorra, limpiar un determinado piso de enemigos, acabar con un monstruo concreto, etcétera. Cuando completemos todas las misiones de un acto, se nos dará acceso a un objeto legendario y aparecerán nuevas misiones en ese capítulo para que las completemos.
¿Con esto que se consigue? Que tengamos continuamente un propósito para seguir matando monstruos y no solo eso, sino que sintamos que de verdad estamos progresando y tengamos una sensación de avance real. En realidad haremos lo mismo: matar, matar y matar, pero ahora se siente muy diferente. No es lo mismo cumplir misiones mientras descubrimos nuevas mazmorras que recorrer un mapa buscando a ciegas élites que matar.
Otro aspecto muy interesante de este modo lo encontramos en los rifts. Cuando completemos una misión tendremos la posibilidad de recibir una llave que nos llevará a una mazmorra generada de forma totalmente aleatoria en todo el amplio sentido de la palabra. Por ello, tanto la ambientación, como su diseño y los monstruos que nos encontremos serán siempre distintos, lo que plantea nuevos retos al combinarse enemigos que de otra forma nunca habríamos visto juntos. Nuestro objetivo en ellos será tan simple como matar monstruos hasta que aparezca un jefe, derrotarlo y recoger el botín.
Hablando de botín, Reaper of Souls incluirá un nuevo sistema de loot muy mejorado. Ahora caen menos objetos, pero estos tienen más sentido y hacen honor a su rareza. Se acabó eso de conseguir 30 legendarios y que no nos sirva ninguno porque nuestro objeto mágico es mejor. Ahora obtener un legendario o una pieza de set es motivo de alegría, por lo que la sensación en este sentido es muy similar a lo visto en la versión para consolas del juego.
En cuanto a las consolas, hemos tenido la ocasión de probar el comienzo de Reaper of Souls en PlayStation 4. A nivel jugable es exactamente igual a lo visto en PlayStation 3 y Xbox 360: el mismo sistema de inventario y de control (esta vez abrimos el menú con el panel táctil), multijugador local, la habilidad para rodar, etcétera. Pero en cuanto a su apartado técnico tenemos un juego que se ve y mueve como en PC: a 1080p de resolución nativa y a 60 imágenes por segundo. No hemos visto ni una sola ralentización, los escenarios y personajes lucen estupendamente y todo se muestra muy nítido y claro. De hecho hemos llegado a ver ambas versiones la una al lado de la otra y la mayor diferencia que notamos radicaba en que una estaba en un televisor y la otra en un monitor. Así que al final, la elección de una u otra parece ser que dependerá del tipo de experiencia que prefiramos.
A nivel artístico, Reaper of Souls recupera toda la esencia de la saga, con un diseño de enemigos mucho más tétrico y unos escenarios muy oscuros. El colorido del que hacía gala la campaña original se ha perdido para dar paso a una ambientación mucho más opresiva que nos transporta de lleno a un mundo donde el peligro parece acechar en cada esquina. Solo hay que ver el pueblo en el que comienza la nueva campaña para darse cuenta de ello.
El sonido sigue igual de bueno que siempre, con una banda sonora de corte ambiental sin la cual jugar a Diablo no sería lo mismo. Lo mismo podemos decir de los efectos de sonido, contundentes, claros, variados y de mucha calidad. Por otra parte, el doblaje solo lo hemos podido escuchar en inglés, donde todos los actores hacen un trabajo de interpretación magnífico.
Puede que Diablo III no haya tenido el mejor comienzo que un juego de esta categoría se hubiera merecido, pero esta expansión viene dispuesta a convencer hasta al más escéptico. Ya no hay casa de subastas, el nuevo sistema de botín promete bastante, el modo aventura nos ha parecido un acierto enorme y una forma genial de alargar su duración hasta el infinito y la nueva dirección artística le sienta como anillo al dedo. Además, a todo esto hay que sumarle otras novedades, como mapas principales generados aleatoriamente (y no solo las mazmorras), multitud de nuevos eventos secundarios y una nueva clase, el Cruzado, que por lo que hemos podido probar nos ha parecido bastante divertida de jugar. Si Reaper of Souls consigue convertir a Diablo III en otro clásico inmortal como lo fue su predecesor, es algo que solo descubriremos cuando llegue a las tiendas, pero tras esta nueva sesión de juego no podemos estar más entusiasmados con la idea de volver a aniquilar demonios en nuestra lucha por acabar con Malthael, ya sea en PC o PlayStation 4.